La premier Giorgia Meloni se vio ante otro cruce con sus aliados por Ucrania, pues la Liga frenó bruscamente la hipótesis de enviar nuevas armas a Kiev, al día siguiente de la grieta entre Silvio Berlusconi y Giorgia Meloni tras las duras palabras de Volodimir Zelensky contra el Cavaliere.
    "Correcto, sacrosanto -advirtió el líder del grupo de la Liga Norte, Massimiliano Romeo- defender el derecho a la autodeterminación de un estado soberano como Ucrania. Entonces cuidado de no enviar armas que puedan arrastrar a la alianza atlántica a un conflicto directo con Rusia. Porque eso significaría comenzar una guerra nuclear".
    Una advertencia que llegó el mismo día que el embajador ruso en Roma, Sergey Razov, en una entrevista con ANSA, lanzó una seca advertencia al Palacio Chigi.
    "Suministrando armas a Kiev, Italia, quizás contra su voluntad (al menos contra la voluntad de gran parte de sus ciudadanos), se ve arrastrada a un enfrentamiento militar, convirtiéndose en parte del conflicto".
    "Espero que la Farnesina cite al embajador", fue dura réplica de Enrico Borghi (PD).
    Maurizio Lupi (NM), por su parte, aseguró: "Sus amenazas y provocaciones son engañosas e inaceptables".
    De hecho, se discutió la posibilidad de que la Alianza Atlántica pueda llegar a enviar sus propios cazas.
    Pero en muchos sectores, en la mayoría, esta hipótesis está actualmente excluida.
    Dicho esto, Giorgia Meloni intervino al respecto: en una entrevista con Tg4, grabada ayer pero emitida hoy, reiteró que "es correcto favorecer cualquier hipótesis de diálogo, pero que no se puede hacer si no se tienen en cuenta las reivindicaciones ucranianas, porque esto también sirve para reivindicar el derecho internacional".
    Mientras tanto, más allá de la cuestión de las armas, las claras palabras del presidente ucraniano contra Berlusconi, pronunciadas junto a la premier, edurecen las relaciones entre ambos.
    Pareciera que, durante todo el día, no hubiera habido contacto esclarecedor, sin embargo la consigna dentro de la mayoría es minimizar la polémica, apaciguar los ánimos, hablar lo menos posible para evitar más tensiones.
    Sin embargo, la frialdad es evidente.
    Y una vez más le tocó al canciller, en Nueva York por la asamblea general de la ONU, resumir, garantizar, a nivel internacional, la firmeza de la posición del gobierno sobre la guerra, perfectamente alineada con la alianza occidental. "Quiero ser muy claro: el gobierno italiano, mi partido y el líder de mi partido - aseveró Antonio Tajani- estamos en contra de la invasión de Rusia y a favor de la independencia de Ucrania. Forza Italia y Berlusconi también votaron contra Rusia y por Ucrania".
    La propia premier reiteró el punto: "Claramente, haremos lo que podamos, pero debe hacerse de acuerdo con la comunidad internacional".
    Esta es la posición que también adoptan Fratelli d'Italia.
    que no quieren echar más leña al fuego.
    Las palabras de Berlusconi -insisten desde Via della Scrofa- representan un problema para Forza Italia, no para nosotros.
    Incluso Giulio Tremonti, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, elegido por Fratelli d'Italia pero que conoce muy bien al Cavalieri, minimiza sus palabras.
    A quienes le preguntan si el choque entre el presidente "azzurro" y Zelensky debilita la credibilidad de Italia, responde que "en comparación con la cantidad de eventos", este asunto "es marginal".
    "Sólo una cosa podría cambiar el rumbo: un consenso creciente para Putin, que sin embargo,no existe".
    Poco o nada se filtra desde Arcore: parece que, en todo caso, Berlusconi, como es sabido, siempre muy atento a las urnas, se da cuenta de que sus frías posiciones frente a la guerra son mayoritarias en el país.
   

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