Según lo revelado por una fuente de la agencia de noticias Lusa, el análisis cuidadoso del envoltorio no reveló ningún elemento de peligro, si bien en su interior se individualizó la presencia de una cierta cantidad de polvo. Por este motivo, el paquete fue sometido a ulteriores inspecciones, mientras los investigadores buscan rastrear al remitente.
La alarma fue dada a la policía por el personal de la embajada alrededor de las 17 GMT y un escuadrón de bombas de la Seguridad Pública portuguesa intervino rápidamente para analizar el paquete sospechoso.
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