Deformaciones del suelo en un área de 35 mil kilómetros cuadrados fueron detectadas por estudios italianos, después del terremoto que el pasado día 6 sacudió al sureste de Turquía y el norte de Siria.
Así lo revelan los primeros análisis llevados a cabo por el Istituto per il Rilevamento Elettromagnetico dell'Ambiente del Consiglio Nazionale delle Ricerche (IREA-CNR) basados en imágenes de radares recogidas por el satélite Sentinel-1A de Copernicus, el programa de observación de la Tierra gestionado por la Agencia espacial europea (ESA) y la Comisión Europea.
El equipo de investigadores de la sede de Nápoles del IREA-CNR detectó el campo de deformación superficial producido por el terremoto aplicando la técnica de la Interferometria SAR Diferencial (DinSAR), gracias a un sistema desarrollado dentro de las actividades de infraestructura de investigación europea EPOS (European Plate Observing System) para el estudio de la Tierra solida.
El sistema permite generar productos DinSAR de forma automática después de sismos de particular relevancia, y en este caso fueron analizadas las imágenes de radares recogidas por el satélite Centinela-1A el 28 de enero y el 9 de febrero.
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