Pero la estrategia europea ahora tiene un opositor interno: Hungría.
De hecho, el gobierno de Viktor Orban hizo públicos los resultados de la consulta nacional sobre las sanciones antirrusas: el 97% las rechazó, dando así nueva vida a la posición húngara.
No es la primera vez que una consulta de referéndum impulsada por el Gobierno de Orban va en sentido contrario al de Bruselas.
Por ejemplo, el referéndum sobre la "protección de los niños contra los derechos LGBT" realizado en Budapest en abril de 2022, al mismo tiempo que las elecciones parlamentarias.
El referéndum no había alcanzado el quórum pero fue igualmente y ampliamente criticado por la UE.
La consulta sobre sanciones celebrada el pasado otoño (boreal) no es vinculante pero, sin duda, Orban la utilizará como plataforma para su batalla contra Bruselas, mientras el Ejecutivo europeo trabaja en un décimo paquete de medidas antirrusas.
Solo 1,4 millones respondieron a la encuesta, pero el gobierno aseguró que "los burócratas de Bruselas quieren imponer más y más sanciones en lugar de revisar su política equivocada responsable de la inflación vertiginosa".
Todo mientras los líderes de la UE preparan una doble cumbre a principios de febrero en Ucrania.
La reunión entre Volodimir Zelensky, Ursula von der Leyen y Charles Michel se llevará a cabo en un lugar que, por razones de seguridad, no se hizo oficial.
Al mismo tiempo, la Comisión de la UE, encabezada por Von der Leyen, viajará en bloque a Ucrania, donde celebrará una auténtica cumbre intergubernamental con Kiev.
El momento de las dos cumbres no es causal.
Ucrania es considerada por la recién inaugurada presidencia sueca como la máxima prioridad del semestre y, al mismo tiempo, febrero es el mes en el que Rusia inició su invasión, el año pasado.
Un año después, en la alta dirección de la UE, el horizonte de negociación sigue siendo lejano.
Y mientras Vladimir Putin dirija el Kremlin, las relaciones con la UE nunca podrán volver a ser como antes.
Es con esta convicción que la Comisión viajará a Kiev, donde los temas clave que se abordarán serán la ayuda militar, la reconstrucción y el proceso de adhesión de Ucrania a la Unión Europea.
En el primer punto, la línea de Palazzo Berlaymont es clara: las armas que se envían son las que Ucrania necesita, por ende, el suministro de tanques Challenge 2 anunciado por Londres.
La esperanza en Bruselas es que la medida del Reino Unido haya allanado el camino.
En ese sentido, las reuniones del Grupo de Contacto en Ramstein el 20 de enero, y la Conferencia de Seguridad de Munich a mediados de febrero pueden ser pasos decisivos.
En el frente de la reconstrucción, la UE se está preparando para desembolsar el primer tramo del paquete de 18 mil millones anunciado para 2023 para Ucrania en enero.
El tema es complejo.
El objetivo es cruzar dos caminos: el de la reconstrucción y el de las reformas que tendrá que poner en marcha Kiev para permitir su entrada en la Unión Europea.
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