"Mantengan encendida la luz del amor": les dijo hoy, el Papa Francisco,a los niños discapacitados y de la calle, asistidos en Port Moresby por las organizaciones Callan Services y Street Ministry, a quienes conoció durante una visita a la escuela de niñas dirigida por las Hermanas de la Caridad de Jesús.
En su saludo, Francisco respondió a las preguntas que le formularon dos de ellos. "¿Por qué tenemos que sufrir por nuestra discapacidad? ¿Por qué no soy como los demás? ¿Por qué este sufrimiento? ¿Hay esperanza también para nosotros?", se preguntó un niño sordo vestido con el traje tradicional, ayudado por su hermana.
"¿Por qué no tenemos oportunidades como los demás niños y cómo podemos ser útiles para hacer nuestro mundo más bello y más feliz, incluso si vivimos en el abandono y la pobreza?", le preguntó en cambio un niño de la calle, también vestido con un traje indígena.
A la primera Francisco les dijo: "realmente sólo me viene una respuesta, porque ninguno de nosotros es como los demás.
Porque todos somos únicos ante Dios. Por eso no sólo confirmo que hay esperanza para todos, sino que agrego que cada uno de nosotros en el mundo tenemos una misión que nadie más puede llevar a cabo".
" Y esto, aunque cueste esfuerzo, trae mucha alegría. De manera diferente entre unos y otros", prosiguió.
"Hay cosas que no podemos hacer - prosiguió el Pontífice -, pero no es esto con lo que se mide la felicidad: la felicidad proviene del amor. lo que traemos y lo que debemos acoger con los brazos abiertos de parte de quienes nos aman. Esto es lo más importante." "También para el Papa -añadió Francisco-. Nuestra alegría no depende de nada más, nuestra alegría depende del amor."
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