Un viejo refrán afirma que "no por mucho madrugar, se amanece más temprano" y hoy aplicó al partido que Francia le ganaba con un gol a los 14 segundos a una Italia que pareció despertar con ese cachetazo y terminó venciéndola por 3-1 en París en el debut de ambas selecciones en la Nations League.
Ese fue el tiempo que transcurrió desde que el suizo Sandro Schaerer pitó el inicio en el estadio Parque de los Príncipes y un mal pase atrás de Andrea Cambiasso para Giovanni Di Lorenzo fue interceptado por Bradley Barcola para decretar el 1-0 en favor del equipo de Didier Deschamps.
Nada que hacer para Gianluigi Donnarumma, arquero del París Saint-Germain que suele jugar en este escenario y con quien el destino parece ensañarse pues había sido también él quien recibió el gol más rápido en la historia de la Eurocopa, aquella vez ante Albania a los 23 segundos de juego.
Se lo había convertido Nedim Bajrami también en el estreno de la "azzurra" de Luciano Spalletti en la Eurocopa que se disputó en Alemania a mediados de este año y en la que Italia se despidió de la corona lograda en 2021 en Wembley al caer por 2-0 luego en octavos de final frente a Suiza.
En aquel partido con Albania, Alessandro Bastoni y Nicoló Barella dieron vuelta el marcador en apenas cinco minutos (a los 11 y 16'), mientras que hoy frente a Francia, que se despidió de la Eurocopa en semifinales, los que salvaron a Italia del incendio fueron Federico Dimarco a los 30', Davide Frattesi a los 51' y Giacomo Raspadori a los 74'.
"El traspié del inicio nos obligó a duplicar nuestra fortaleza mental. En el fútbol, a veces las tensiones te llevan a cometer errores y todo se convierte en una locura, pero mis jugadores supieron reaccionar de inmediato e hicieron el partido que tenían que hacer", resumió Spalletti.
Comparando este arranque con aquella Eurocopa, el entrenador italiano destacó que "la condición física es distinta que aquella de final de campeonato" y consideró que su selección cuenta "con muchos jóvenes que quieren demostrar lo que realmente valen", al tiempo que saludó el regreso de Sandro Tonali, "un jugador fortísimo" que purgó sanción por apuestas ilegales.
"Hoy logramos una gran victoria frente a un gran rival y nos indica que estamos en el buen camino después de una mala experiencia", coincidió Raspadori, delantero del Napoli que celebró el último gol del partido y fue una de las figuras después de ingresar por Lorenzo Pellegrini en el inicio del complemento.
Italia lució mejor que en la Eurocopa y terminó siendo convincente ante un clásico rival y en territorio "enemigo", sustentada en la buena tarea de Tonali y de Frattesi en el mediocampo, a los que se sumaron Riccardo Calafiori, Alessandro Bastoni, Pellegrini y Cambiasso y un generoso Mateo Retegui, el delantero ítalo-argentino que dejó la cancha a los 81'.
Si bien no se trató de una final, sino apenas de un estreno, la "azzurra" le dio un baño de humildad a la Francia de Deschamps y de Kylian Mbappé, que comenzaba a saborear lo que suponía sería una cómoda victoria tras aquel gol tempranero de Barcola a su habitual compañero Donnarumma, el más rápido en la historia de los "Blues".
Los locales, impulsados por esa ventaja prematura, aceleraron y le hicieron pasar en los primeros diez minutos algunos sobresaltos a Italia jugándole de contragolpe, con Di Lorenzo incapaz de descifrar a Mbappé, mientras sus compañeros intentaban generar algo de peligro frente al arco de Mike Maignan, jugador del Milan.
Frattesi tuvo la primera clara para igualar con un cabezazo apenas alto y Mbappé también contó con alguna como para estirar la ventaja ante su ex compañero en PSG, pero superados los primeros 15 minutos el ritmo del partido se redujo y le permitió a Italia reacomodarse en la cancha y comenzar a adueñarse del balón.
Por eso no extrañó que Retegui llegará sobre el arco de Maignan a los 26' con un remate algo débil y cuatro minutos después Dimarco combinara con Tonali sin que la pelota tocara el suelo antes de sacar un zurdazo en el área que sorprendió a Maignan al ingresar sobre el palo opuesto para decretar el 1-1.
El empate pareció entonar a Italia, que le perdió el miedo a Francia y se hizo definitivamente protagonista y logró irse al descanso con mejores sensaciones de las que tenía apenas salida del vestuario para el arranque del partido.
Y resultaron mejores aún cuando a seis minutos de iniciado el complemento y tras una primera aproximación de Raspadori, Frattesi aprovechó un pase de Retegui tras un error de Wesley Fofana, zaguero del Chelsea que hasta ese momento había sido el mejor de Francia, para poner a la "azzurra" por primera vez arriba en el marcador.
Francia no lograba reaccionar y fue Maignan quien a los 59' impidió que el mismo Frattesi celebrara un doblete al taparle un cabezazo antes de que dejase la cancha y Deschamps decidió que era hora de ensayar variantes por lo que mandó a la cancha a Manu Kone y a Ousmane Dembelé por Fofana y por Michael Olise.
Pero a poco más de 15' del final, Raspadori aprovechó un centro del ingresado Destiny Udogie para sentenciar el partido en el que un par de minutos después Antoine Griezmann le dejó su lugar en cancha a Marcus Thuram, goleador de Inter y del campeonato italiano con cuatro festejos, demasiado quizás para torcer la historia.
Un mal comienzo, pero al final un buen inicio podría decirse que resultó ser la experiencia de Italia en este arranque de la Nations League en la que busca dejar atrás el sabor amargo por aquella experiencia en la Eurocopa y en la que hoy debutó con el pie derecho frente a unos 47 mil espectadores.
Italia sumó sus primeros tres puntos y comanda el Grupo A2 junto con Bélgica, que superó también por 3-1 a Israel en el estreno con un doblete de Kevin De Bruyne, a los 21 y a los 52' de penal y un gol de Youri Tielemans a los 48', que pudieron ser cuatro de no ser porque Lois Openda malogró otro penal a los 56'.
El gol del empate provisorio de Israel también fue autoría de los "Diablos Rojos", pues lo convirtió Timothy Castagne en contra de su propia valla a los 36'.
Italia será visitante también en la segunda fecha el lunes frente a Israel en Budapest, en un partido que se jugará en campo neutral debido a la convulsionada situación en Gaza, mientras que Bélgica visitará ese mismo día en el Groupama Stadium de Lyon a una Francia que intentará enderezar el rumbo.
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