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París 2024: Imane Khelif se asegura medalla

"Peleo por dignidad de las mujeres", dice boxeadora argelina cuestionada por su género

PARIS, 03 agosto 2024, 14:31

Redaccion ANSA

ANSACheck
Khelif ganó esta vez por puntos y se aseguró una medalla © ANSA/EPA

Khelif ganó esta vez por puntos y se aseguró una medalla © ANSA/EPA

   "Peleo por el honor y por la dignidad de todas las mujeres", afirmó con lágrimas en los ojos la argelina Imane Khelif tras asegurarse una medalla al avanzar a las semifinales del torneo olímpico de boxeo femenino en los Juegos de París, esta vez ganando por puntos.
    En medio de la polémica que suscitó su contundente victoria en apenas 46 segundos sobre la italiana Angela Carini en el estreno, Khelif dio hoy un paso más al superar por 5-0 a la húngara Anna Luca Hamori en la categoría hasta 66 kilogramos.
    Mucho se dijo, en la mayoría de los casos sin ningún fundamento científico que lo avalase, sobre la boxeadora argelina y su cuestionada condición de mujer por su cuadro de hiperandrogenismo que hace que sus niveles de testosterona resulten elevados y su musculatura se asemeje a la de un hombre, pero ella optó por callar.
    Hoy, sin poder contener el llanto, reclamó a viva voz por su derecho a pelear por su sueño olímpico a pesar de las sospechas y afirmó: "El pueblo árabe me conoce hace años. Soy boxeadora desde hace mucho tiempo y como tal participé en muchas competencias internacionales".
    "Han sido injustos conmigo, pero Dios está de mi lado", completó Khelif, de 25 años, al aludir a la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), que filtró los resultados de un control al que fue sometida y por los cuales la marginó el año pasado del Mundial de boxeo femenino.
    Ese fue el origen de la controversia que se generó en torno a su presencia en París, así como la de la taiwanesa Lin Yu Ting, que debutó con un triunfo por puntos el viernes en estos Juegos y también había sido descalificada por la IBA.
    En el fondo de la cuestión pareció primar la puja que existe entre la entidad y el Comité Olímpico Internacional (COI), que le quitó la organización de los torneos olímpicos de boxeo ya en Tokio 2021 por sospechas vinculadas con el manejo de los fondos y la designación de los jueces.
    La filtración de la IBA en lo que refiere a los exámenes de Khelif y de Lin pareció ser un "pase de facturas" al COI, pues los criterios de admisión del mismo difieren de los que aplicaba aquella y permitieron que ambas disputen los Juegos de París.
    Para el COI no existen dudas al respecto, según anticipó en diálogo con ANSA el titular de la entidad, Thomas Bach, al afirmar: "Ambas boxeadoras son mujeres. Nacieron mujeres, fueron criadas como mujeres, tienen pasaporte femenino y compiten desde hace años. Nunca tuvimos dudas al respecto".
    La controversia opacó la actuación de ambas en París, pero no le impidió a Kkelif ir en busca de su sueño, que hoy sustentó con un triunfo ante una rival que sí expresó sus dudas sobre la condición de la argelina antes del combate.
    "Mañana pelearé contra un hombre porque quedó demostrado que Khelif es un hombre y por eso la descalificaron en 2023", afirmó Hamori en un video publicado en TikTok que tituló: "La respuesta a muchas preguntas es esta".
    Una declaración a la que se sumó el novio de la púgil húngara, que también es boxeador y afirmó: "Mañana, contra Khelif, debería ser yo el que subiera al ring", situaciones ambas por las que el Comité Olímpico Argelino presentó una denuncia formal por la ofensa.
    Hoy, Khelif le cerró la boca a puñetazos que la húngara resistió hasta el final del tercer asalto de pie, tras lo cual ambas rivales se saludaron como si nada hubiera pasado, aunque algo había pasado ciertamente.
    De allí el desahogo del final de la argelina, mientras el dirigente húngaro Balazs Furjes, integrante del COI, aclaraba: "No hemos recibido presión alguna para que nuestra representante no se presentara a combatir y jamás tuvimos en cuenta la posibilidad de no hacerlo".
    Para contrarrestar tanto odio, los aficionados argelinos colmaron el "North París Arena" para alentar a Khelif, que además de ser embajadora de la UNESCO es también un símbolo nacional, y la recibieron con vítores y aplausos durante largos minutos.
    Silbidos le dedicaron a la húngara los fanáticos que colmaron las instalaciones desde una hora antes de iniciarse el combate, a modo de desagravio y de rechazo por sus declaraciones previas, en un estadio con muchísima presencia de periodistas, algo inusual en los días previos del torneo.
    La heroína argelina que relató su historia de sacrificio al estallar la polémica y explicó los obstáculos que debió superar a lo largo de su vida y que forjaron su carácter, incluída la resistencia de su padre a que practicase boxeo, por considerarlo un deporte de hombres.
    Hoy, Omar Khelif, decía en cambio que crió a su hija para que fuese "valiente", mientras exhibía con orgullo una fotografía en la que la púgil tenía unos siete u ocho años y lucía el cabello recogido.
    "Desde pequeña su pasión fue siempre el deporte", explicó Omar, de 49 años, sentado junto a dos de sus hijos más pequeños, desde un pueblito rural ubicado a unos 10 kilómetros de Tiaret (ciudad distante unos 300 kilómetros de Argel) que hoy sueña con verla consagrarse campeona olímpica.
    "Si Dios quiere, ella nos traerá la medalla de oro y veremos flamear nuestra bandera nacional en París", completa Omar, a quien su propia hija también parece haberle dado una lección de la que muchos deberían aprender.
   

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