Desde el puente de cubierta, pasando una pequeña puerta de cristal y dos puertas, se accede a un pasillo-museo amortiguado que ANSA fue autorizada a admirar durante la escala en Alejandría, en Egipto, durante la vuelta al mundo del barco embajador de la excelencia italiana.
Inmediatamente, a la derecha, en una vitrina, hay una espada de Comendador: "el símbolo del cadete", es decir, del estudiante que todavía no es "oficial" y, por lo tanto, no tiene sable, como explicó el Comendador del Vespucci, Giuseppe Lai. Es también el símbolo del "barco escuela donde se han formado todos los oficiales de la Marina italiana" y de la "continuidad entre las antiguas generaciones y las nuevas", subrayó.
En el otro lado se pueden ver fotos de época, entre otras de cuando se escalaba "in alberata", es decir, sobre las velas, asegurado solo con simples cuerdas y no, como ahora, con "instrumentos ultra tecnológicos tomados del alpinismo". Otra imagen muestra un buque escuela "gemelo" -o al menos "muy parecido"- del Vespucci: el "Cristoforo Colombo", que "ya no existe porque fue entregado como reparación de guerra a la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial", recordó Lai.
En una de las paredes también destaca la matriz de cobre de una carta náutica: una pieza rara dado que "antiguamente se destruían cuando se hacía una nueva carta" para evitar crear impresiones anticuadas que pudieran potencialmente "encallar" los barcos, explicó el Comandante.
Entre la calidez de una madera casi centenaria ("se ha modificado muy poco, está así desde los años 30", recuerda Lai) está también "la antorcha olímpica de Roma 1960" que el barco trajo desde Grecia e, inmediatamente después, la "sala del consejo" donde el comandante recibe a las autoridades.
En las paredes se destacan dos pinturas que pertenecieron al barco Colón y que, de hecho, representan la llegada del navegante a América y su regreso para anunciar lo que había descubierto. El otro día, sobre la mesa del centro de la sala, había un mapa náutico que detallaba el Estrecho de Magallanes cruzado por el Vespucci durante su actual gira mundial.
Por último, en la popa, en el estrecho balcón semicircular donde desde el muelle se puede leer la inscripción "Amerigo Vespucci", hay un pequeño jardín botánico, copia de los antiguos dedicados "al cultivo de plantas": en particular "limón o en todo caso fruta que tuviera mucha vitamina C para prevenir el escorbuto" y otras enfermedades similares, recordó Lai.
En este recorrido el limón "sobrevivió al Cabo de Hornos" pero "no a la humedad de Tokio", mientras que el romero sí. Las plantas del Vespucci son "testigos del viaje": sobrevivieron a la Patagonia, pero luego murieron "por el calor excesivo" de los desiertos de Australia, de Acapulco, de Japón, de Hawai, enumeró el comandante. En definitiva, un botánico "world tour", con plantas de distintos lugares como un bonzai japonés, pero siempre con un toque de italianidad: la albahaca presente.
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