Paragon produce el software espía de última generación Graphite, capaz de introducirse en los dispositivos encriptados sin siquiera un clic de la víctima.
La decisión de rescindir el contrato se produce después de que WhatsApp anunciara que el programa espía Paragon se había utilizado para espiar a personas en Italia, entre ellas el director de Fanpage, Francesco Cancellato, y el fundador de la ONG Mediterranea Saving Humans, Luca Casarini.
Ayer, el gobierno confirmó que siete italianos habían sido víctimas de un ataque con el programa Paragon y negó cualquier implicación y excluye que los sujetos protegidos por la ley sobre los servicios secretos, "incluidos los periodistas", estuvieran sometidos al control de los servicios de inteligencia.
"Como se trata de un asunto que el Gobierno considera especialmente grave -subraya una nota-, se ha activado la Agencia Nacional de Ciberseguridad" (ACN) y se ha contactado inmediatamente con el estudio de abogados Advant, que representa a WhatsApp Ireland Limited", afirmó una nota oficial.
También ayer, los diputados opositores Federico Fornaro y Lia Quartapelle presentaron en la Cámara una demanda parlamentaria a la premier Giorgia Meloni, para preguntar, entre otras cosas, si el gobierno italiano es cliente de Paragon Solution.
Paragon Solution vende su software a clientes gubernamentales que supuestamente lo utilizan para prevenir actividades delictivas, escribe The Guardian, que añade que no está claro quiénes eran los clientes gubernamentales concretos que estaban detrás de los supuestos ataques.
El periódico israelí Haaretz afirma hoy en un artículo que la Paragon "trabaja exclusivamente con entidades estatales, incluido el establishment de seguridad israelí y el FBI y otros en los Estados Unidos, proporcionándoles capacidades de piratería en forma de software espía llamado Graphite".
Paragon, añade Haaretz, "también tiene varios clientes en Europa, en particular en la UE, incluida Italia, donde trabaja con dos entidades diferentes, una agencia policial y una organización de inteligencia".
Es la primera vez, afirma Haaretz, que la empresa, recientemente vendida a un contratista de defensa estadounidense, ha sido asociada con casos en los que "la tecnología puede haber sido mal utilizada".
La decisión de rescindir el contrato con Italia, dice por su parte The Guardian, se produjo después de que se revelara que Cancellato, Casarini y otro activista estaban entre los objetivos del programa espía.
La fuente de The Guardian explicó que Paragon había suspendido inicialmente el contrato con Italia "por extrema cautela" el viernes, cuando surgió la primera acusación de posible abuso del programa espía.
La decisión de rescindirlo, añadió, se tomó ayer después de que la empresa israelí determinara que Italia había violado las condiciones de servicio y el marco ético acordados como parte de su contrato.
El caso estalló en Italia cuando Cancellato y Casarini revelaron que habían recibido un mensaje de Meta, propietaria de WhatsApp, advirtiéndoles que sus dispositivos habían sido manipulados por un software fabricado en Israel.
"En diciembre, WhatsApp interrumpió las operaciones de una empresa de software espía que creemos que atacó su dispositivo. Nuestra investigación indica que es posible que haya recibido un archivo malicioso a través de WhatsApp y que el software espía puede haberle permitido acceder a sus datos, incluidos los mensajes guardados en su dispositivo", dice el texto.
Según lo filtrado hasta el momento, hay unas noventa personas en el punto de mira de los ciberataques en países como "Bélgica, Grecia, Letonia, Lituania, Austria, Chipre, República Checa, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Portugal, España y Suecia", además de Italia, según el gobierno italiano.
La empresa habría vendido el software a varios países, con el compromiso, sin embargo, de limitar los controles, excluyendo a periodistas y activistas. Recientemente, también había iniciado negociaciones para la venta a un fondo de capital privado estadounidense por 900 millones de dólares.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA