"El presidente Putin quiere reunirse" y "lo estamos organizando", dijo Trump en una conferencia de prensa en su residencia de Mar-a-Lago en Florida a última hora del viernes.
"Tenemos que terminar con esa guerra. Eso es un maldito desastre".
Trump ha sugerido previamente que buscaría poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania, que está a punto de cumplir tres años, dentro de las 24 horas posteriores a la asunción del cargo el 20 de enero.
Rusia dice que está abierta al diálogo y a la diplomacia, aunque los críticos dicen que en realidad sus propuestas equivalen a poco más que una rendición ucraniana.
"El presidente Putin ha declarado repetidamente su apertura a los contactos con líderes internacionales, incluido el presidente de los Estados Unidos, incluido Donald Trump", dijo este viernes el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. "No se requieren condiciones para esto, lo que se requiere es un deseo mutuo y una voluntad política para llevar a cabo un diálogo".
Peskov dijo que las operaciones de Trump eran "bienvenidas", pero agregó que "no había detalles" sobre las fechas. "Después de que el Sr. Trump asuma el cargo, habrá algunos desarrollos".
A muchos en Europa les preocupa que Putin pueda convertir sus ambiciones hacia otros antiguos países soviéticos, particularmente dado el historial anterior de Trump de socavar la alianza de la OTAN bajo la cual estos estados occidentalizados han sido protegidos históricamente.
"Queremos la paz, pero la paz a través de la fuerza", dijo el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, en un discurso el mes pasado.
Kiev está sufriendo actualmente reveses en el campo de batalla a medida que las tropas rusas avanzan constantemente a través de los campos congelados de su corazón oriental, y Moscú afirma haber capturado la ciudad de primera línea de Kurakhove esta semana.
Kiev también ha lanzado su propia nueva ofensiva en la región rusa de Kursk.
Trump ha relajado más recientemente sus ambiciones de 24 horas, diciendo a principios de esta semana que esperaba que el conflicto se resolviera en "seis meses". Keith Kellogg, su designado como enviado especial en la guerra, estableció por separado el objetivo de "100 días".
Aún así, esta es una estrategia lejana del presidente Joe Biden, quien a visto a Putin solo una vez mientras estaba en el cargo, en una cumbre de junio de 2021 en Ginebra, describiéndolo como "un asesino" y un "dictador".
Biden ha supervisado unos 170 mil millones de dólares en ayuda para Ucrania, diciéndole a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelensky, este verano que "estaremos con Ucrania hasta que prevalezcan en esta guerra".
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