Barber recuerda las comparaciones de Meloni con Francia y Alemania, contrastando "la extraordinaria estabilidad de su Gobierno con las turbulencias políticas a las que se enfrentan varias grandes naciones europeas".
"Es cierto que Francia está en parálisis política y que la coalición liderada por los socialdemócratas alemanes se ha hundido. Pero Italia no se diferencia de Francia y Alemania en el temor al impacto de los aranceles estadounidenses sobre las exportaciones europeas", advierte el editorialista.
"Del mismo modo, el apoyo de Meloni a Ucrania puede no estar perfectamente en línea con las prioridades de política exterior de Trump", agrega.
El columnista destaca las dudas que existen, incluso en Italia, sobre si Meloni "puede llenar el vacío abierto por las dificultades de Berlín y París".
Entre quienes no están convencidos, sostiene, está Mario Draghi, ex primer ministro italiano y presidente del BCE, "para quien no hay otro liderazgo aparte del franco-alemán capaz de conducir a Europa hacia un futuro común".
Para el Financial Times, "tres factores limitarán la influencia de Meloni y de Italia: el estado de la economía italiana; su tipo de política de derechas; y los obstáculos a los que se enfrentan todos los primeros ministros italianos que son políticos, en contraposición a tecnócratas, para combinar el liderazgo en casa y en Europa".
"Desde que asumió el poder en 2022, Meloni se ha ganado amigos en la UE y Estados Unidos gobernando de forma más pragmática de lo que muchos temían al principio. Pero es probable que un verdadero papel de liderazgo en Europa resulte difícil de alcanzar", concluye el editorial.
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