De hecho, el "enfermo escolar", como muchos lo llaman, con diversos matices, preocupa a más de 8 de cada 10 jóvenes. Así lo indica una investigación realizada por el portal Skuola.net en vísperas de regresar a las aulas, entrevistando a 2.800 estudiantes de secundaria y universidad.
La protagonista indiscutible de la recuperación es sin duda ella: la ansiedad. Porque hasta el 45% de los entrevistados la señalan como la emoción predominante al pensar en el fin de las vacaciones y la vuelta a la rutina estudiantil.
Otro 15% habla incluso de desánimo, de falta de estímulo. Al 12% le gustaría mucho huir e ir a otra parte, para no tener que afrontar la situación. Mientras que el 8% siente mayoritariamente enfado. Sin embargo, sólo 1 de cada 5 se declaró tranquilo, optimista o feliz.
Una sensación de malestar generalizada que, por desgracia, no se limita al momento en que terminan las vacaciones, sino que se prolonga durante grandes tramos del año.
De hecho, invirtiendo la perspectiva, solo 4 de cada 10 estudiantes se sienten a gusto la mayor parte del tiempo dentro de los muros de la escuela o la universidad. Por otro lado, para la mayoría de ellos esta serenidad rara vez se manifiesta (47%) o incluso nunca (14%).
Que esto es algo más que la clásica obstinación que sentían las generaciones anteriores cuando iban a la escuela lo demuestra otro hecho: los ataques de pánico relacionados con la asistencia a escuelas y universidades no son un bien escaso.
Al 45% de los estudiantes les pasó más de una vez, además de otro 18% que solo tuvo que afrontarlo en una ocasión. Con todo, solo 4 de cada 10 pueden decir que nunca han experimentado un malestar así.
Un papel central en la generación de este malestar, además de los aspectos personales, ciertamente juega el contexto, dado que un altísimo porcentaje de niñas y niños, dentro de la "comunidad" escolar o universitaria, se sienten como pez fuera del agua.
El 71% de los entrevistados dice recibir poco o nulo apoyo por parte de sus profesores, mientras que el 45% valora negativamente el nivel de bienestar en las relaciones interpersonales con los compañeros de clase o de curso.
Y por si fuera poco, el desperdicio de las "enfermedades escolares" también llega a casa. Más de un tercio de los entrevistados (35%), por ejemplo, también tienen una relación generalmente incómoda con sus padres. Mientras que la mitad (50%) a menudo ni siquiera se sienten bien consigo mismos.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA