Sala fue detenida el 16 de diciembre en Teherán, acusada de infringir las leyes islámicas, tres días después del arresto en Milán del ingeniero iraní Mohammad Abedini, a quien Estados Unidos acusa de suministrar piezas de drones que se utilizaron para matar a tres militares en Jordania hace un año.
Irán ha pedido la liberación de Abedini, cuya extradición reclama Washington, y se sospecha que Sala, corresponsal freelance de Il Foglio y autora de un podcast, ha sido detenida para ser utilizada como moneda de canje en un eventual intercambio de prisioneros.
Hasta ahora, los magistrados italianos se han negado a conceder a Abedini el arresto domiciliario.
La familia de Sala ha denunciado que la mantienen aislada, que le han quitado las gafas y que tiene que dormir en el suelo, con la luz encendida y en un clima frío, sin protección.
La premier Giorgia Meloni presidió el jueves una reunión de altos funcionarios para tratar el caso. El Gobierno confirma su compromiso ante las autoridades iraníes para la liberación inmediata de Cecilia Sala y, en espera de ello, para un tratamiento que respete la dignidad humana", declaró su oficina en un comunicado.
Tras la reunión, Meloni recibió a la madre de Sala, Elisabetta Vernoni, quien agradeció los esfuerzos del gobierno por conseguir su liberación y unas condiciones de detención aceptables.
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