"Roma debe rechazar la política de rehenes de Estados Unidos y crear las condiciones para la liberación" de Abedini, pues de lo contrario se corre el riesgo de "dañar" las relaciones con Teherán, es el mensaje entregado a la embajadora italiana Paola Amadei, convocada este lunes al ministerio de Asuntos Exteriores iraní en Teherán.
Una situación intrincada desde todo punto de vista, humano, judicial y geopolítico. Y en estas horas delicadas, la familia de la periodista italiana ha pedido "silencio a la prensa", temiendo que "el gran debate mediático sobre lo que se puede o se debe hacer corre el riesgo de prolongar el tiempo y hacer más complicada y lejana la solución".
Desde la prisión de Opera, en Italia, Abedini hizo que su abogado escribiera en un papel el nombre de Cecilia Sala: "Rezaré por mí y por ella". El 15 de enero está prevista la audiencia sobre la solicitud de arresto domiciliario, sobre la que la Fiscalía de Milán ha emitido un dictamen negativo.
La justicia estadounidense también quiere que el iraní permanezca en prisión, presionando para que se extradite al ingeniero mecánico de 38 años, acusado de conspiración y de apoyo material al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.
Lo suficiente para comprender la delicadeza de cada movimiento del gobierno italiano.
Washington "está en contacto con aliados y socios cuyos ciudadanos están detenidos injustamente por Irán", afirmó un funcionario del Departamento de Estado estadounidense, reiterando lo que había dicho en los últimos días, a saber, que Estados Unidos pide "una vez más la liberación inmediata e incondicional de todos los prisioneros detenidos arbitrariamente en Irán sin causa justa".
Interlocuciones entre Roma y Washington, a diferentes niveles, también tuvieron lugar ayer, el día de la cumbre de emergencia en el Palazzo Chigi presidida por la primera ministra Giorgia Meloni, con los ministros responsables del caso, el de Asuntos Exteriores Antonio Tajani y el de Justicia, Carlo Nordio, además del subsecretario Alfredo Mantovano y los Servicios de Inteligencia.
Mantovano mantendrá comunicaciones "en nombre del Gobierno" en Copasir -el Comité Parlamentario para la Seguridad de la República, del parlamento italiano- el lunes, respondiendo a las peticiones de la oposición que, respetando también planteos de la familia Sala, ha evitado en las últimas horas hacer declaraciones, como lo ha hecho días antes.
La estrategia del gobierno, más allá de lo que obviamente está cubierta por la máxima confidencialidad, apunta ante todo a la liberación inmediata y a la obtención de condiciones dignas para Sala.
En su última llamada telefónica, la reportera del diario Foglio y Chora Media, de 29 años, contó a su familia que tenía dos mantas como cama en una celda iluminada las 24 horas del día, que le confiscaron las gafas y que no le dieron una máscara para los ojos para que pudiera dormir en tanta claridad continua.
La embajadora Amadei habría reiterado a las autoridades iraníes la petición de garantías sobre las condiciones de detención y acceso consular en la prisión, para que se entreguen paquetes de la embajada a Sala y se permitan nuevas reuniones entre ella y la periodista encarcelada.
Las condiciones de Sala, subrayan fuentes italianas, son decididamente diferentes a las de Abedini en la la prisión italiana. "A todos los prisioneros se les garantiza la igualdad de trato, respetando las leyes italianas y los convenios internacionales", subrayó el Palacio Chigi en la nota después de la cumbre de ayer.
Protestar formalmente contra esta detención era el objetivo de la citación de Amadei, recibida esta mañana por Majid Nili Ahmedabadi, director para Europa Occidental del ministerio de Asuntos Exteriores de Teherán. El diplomático iraní afirmó que el arresto fue "ilegal y acorde con objetivos políticos hostiles de Estados Unidos". Y advirtió: "Italia no debe permitir que Estados Unidos debilite nuestras relaciones bilaterales".
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