Se trata de un pesebre que, en las provocativas intenciones de los autores, quiere representar nuestras fragilidades.
Cada uno de los miembros de la famosa familia de Springfield encarna una "plaga" y una advertencia para la humanidad "que hoy corre el riesgo de sucumbir una vez más al oscuro mal, representado por la presencia del Führer, de una tercera guerra mundial".
El promotor de la iniciativa es Vitaliano Della Sala - sacerdote no global actualmente párroco de dos iglesias de Mercogliano y responsable del comedor y del dormitorio de la Cáritas de Avellino - junto con los animadores de la Asociación "Per Grazia Ricevuta" que aprovecharon las obras del artista Piergiuseppe Pesce.
Al pie del altar de la antigua iglesia, se encuentra Homero, quien representa el crimen, luciendo un vistoso collar y un reloj de oro; Marge, personifica el lujo, con bolsos y ropa de diseñador; Bart la esclavitud provocada por las redes sociales y la adicción al juego mientras la pequeña Lisa, con un cinturón de bombas a punto de explotar, encarna la guerra y el terrorismo.
Una representación que parece vislumbrar un destino ya sellado para el planeta, pero, si se mira atentamente, ese Niño Jesús, colocado en el centro de la escena, tumbado sobre un monopatín, parece sugerir a los Simpson y a toda la humanidad una vía de escape.
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