La empresa se mueve en un contexto difícil, y en Italia registró en noviembre otra fuerte caída de las ventas, del 24,6%.
El ministro de Transporte, Matteo Salvini, uno de los más críticos de la compañía, sostuvo hoy que en Stellantis "el problema, más que Tavares y sus exorbitantes exigencias, es la propiedad".
"Es una propiedad que ahora tiene muy poco italiano, que ha tomado dinero en Italia durante décadas para abrir fábricas en el extranjero", afirmó el líder de la Liga, que pidió que el propietario del grupo, John Elkman, testifique ante el Parlamento.
"Elkann ya debería haber acudido al Parlamento y con un cheque, no con palabras, con un cheque que nos recuerde cuántos miles de millones de euros de dinero público ha recaudado a lo largo de los años".
"Todavía hay préstamos garantizados por el Estado por miles de millones de euros, frente a qué resultados económicos, cierres, despidos y despidos", agregó.
"Esta empresa, cuando hay algo que ganar, saca provecho y huye, y cuando hay algo que ganar, pide, se lo pide a sus trabajadores", acusó Salvini, que destacó que "necesitamos convocar a los sindicatos.
"Mi pensamiento como ministro de Transportes está cerca de los trabajadores y sus familias, haremos todo lo posible para protegerlos", aseguró Salvini.
Stellantis "es el peor ejemplo de cómo hacer negocios con dinero público", disparó.
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