El Tribunal de lo Penal, tras seis horas en la sala del ayuntamiento, lo declaró responsable del asesinato premeditado, pero no reconoció el agravante de crueldad y lo absolvió del delito de actos de persecución contra la chica, puntos en los que había insistido la defensa del acusado.
La sentencia fue leída pocos minutos después de las 16 de parte del juez Stefano Manduzio.
La suerte procesal del joven fueron las circunstancias agravantes de premeditación y falta de concesión de circunstancias atenuantes equivalentes genéricos.
Turetta escuchó la condena impasible, con los ojos cerrados y la cabeza gacha: ni una palabra, ni un gesto, envuelto en su sudadera azul.
Así finalizó la primera fase de un acontecimiento significativo, no solo para las dos familias sino para todo el país: Giulia, que quería vivir libre su vida, fue asesinada por 75 puñaladas, mientras el joven Turetta, un chico de buena familia, se fugó hasta Alemania después de arrojar el cuerpo a una zanja.
Después llegó el arresto, la confesión y un juicio rápido.
Y nuevamente, la enorme dignidad de Gino Cecchettin y toda la familia, con un compromiso real para evitar que otras chicas, como reiteró el padre, terminen como Giulia.
La fría contabilidad de la justicia establece que, además de interdicciones legales para Turetta, se ordena una indemnización a las partes civiles con el pago de una cantidad provisional de 500 mil euros a Gino Cecchettin, 100 mil a cada uno de los hermanos de Giulia, Elena y Davide, 30 mil cada uno a su abuela Carla Gatto y al tío Alessio, además de los gastos de constitución legal.
Los motivos se presentarán dentro de los 90 días.
"Mi sensación -dijo Gino Cecchettin después de la lectura del veredicto- es que todos hemos perdido como sociedad, nadie me devolverá a mi Giulia y no me siento ni más aliviado, ni más triste que ayer o mañana. Como ser humano me siento derrotado, nada ha cambiado como papá".
El padre de Giulia también encontró el tiempo y la fuerza para estrechar la mano del abogado de Turetta, con quien había resentido las palabras del discurso que había "ofendido la memoria de Giulia": "arreglamos las cosas, como dos personas civilizadas".
En tanto, no hubo ninguna declaración del fiscal, Andrea Petroni, mientras un abogado de la familia Turetta declaró: "Es la sentencia que, francamente, esperábamos".
"Leeremos las razones -comentó Stefano Tigani, abogado del padre de Giulia - Desde el punto de vista de la compensación, la solicitud fue satisfactoria".
"Nadie gana hoy, el final de un juicio es una valoración que veremos grados de desafío y tendremos que luchar allí también.
Es cierto que esta es solo la primera ronda del juicio de Turetta, pero -subrayó Tigani- "está marcado por una cadena perpetua con una Agravante muy grave, premeditación. Estoy convencido de que el sentencia pasará ilesa en los grados siguientes, para empezar del recurso de apelación".
Lo que es seguro es que Turetta tendrá mucho tiempo para pensar en lo que hizo.
"El entendió el dispositivo de la sentencia -comentó su abogado Giovanni Caruso-. Se lo expliqué, no está aturdido. El es consciente, dentro de límites de lo posible".
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