Además, defiende el plan de presupuesto de su Gobierno, atacado con fiereza. Y sigue defendiendo, aunque un poco más tibiamente, al jefe de gabinete del ministro de Cultura, Alessandro Giuli, Francesco Spano, víctima del "doble rasero" que se aplica "a quienes trabajan con la derecha", argumentó. Spano renunció hoy como jefe de Gabinete del Ministerio de Cultura, tras los avances de un programa de televisión, que anunció nuevas revelaciones sobre esa cartera, tras el resonante caso Boccia. Su nombramiento duró poco más de una semana, tan solo nueve días: había sido nombrado el 14 de octubre.
Los motivos de la dimisión se explican en una carta dirigida al ministro y publicada en la página web del ministerio: "Con dolorosa reflexión, estoy decidido a renunciar a la función de Jefe del Gabinete de Cultura con la que ha querido honrarme. El contexto que se ha creado, no exento de desagradables ataques personales, ya no me permite mantener la serenidad de pensamiento necesaria para desempeñar esta importante función. Por tanto, en interés exclusivo de la Administración, considero mi deber dar un paso atrás".
Desde el partido de Meloni, Hermanos de Italia (FdI), se lo acusó por sus orientaciones sexuales y por sus posiciones sobre temas LGBTQ.
Pero Meloni se centró en las políticas en materia de inmigración, que corren el riesgo de verse bloqueadas por la sentencia "irrazonable" del tribunal de Roma, que utiliza a Albania de forma "instrumental".
Lo que continuará, dice la premier, porque "no permitiré que se desmantele una solución que hemos identificado respetando plenamente el derecho italiano y europeo porque hay una parte de la política que no está de acuerdo". El cese de las detenciones, subraya Meloni, había comenzado mucho antes: "es desde Cutro que buscamos soluciones" a la cuestión migratoria. Un compromiso "hecho con los italianos" que votaron, pero cuando las elecciones giran hacia la derecha "hay que corregir las elecciones de la gente". Con cierta "falta de cuidado hacia el voto popular". Nada más que "conspiraciones", dice Meloni.
El Gobierno italiano ha compuesto una lista de 19 países -el presidente Sergio Mattarella firmó hoy el decreto- en los que, a su juicio, se garantizará la seguridad a los inmigrantes indocumentados expulsados de Italia. La disposición de componerla se tomó después de que un juzgado de Roma no apoyara el mantenimiento de un grupo de inmigrantes en el centro de estancia provisional abierto por Italia en el norte de Albania.
"Nunca he hablado de una conspiración", dijo hoy Meloni.
Pero claro, como cree el Primer Ministro, existen esos "dobles estándares" que hacen que ciertos mundos se muevan, un concepto expresado varias veces desde el inicio de la legislatura.
El magistrado Marco Patarnello, subraya recordando que ella misma publicó parte de su correo electrónico, "dice que no actúo por interés personal, sino por voluntad política. Un político fuerte, que no tiene esqueletos en el armario, no tiene una segunda agenda, no se puede influir, es un problema para muchos, para todos aquellos que han construido imperios sobre la debilidad de la política". Meloni se calienta cuando vuelve a calificar de "anormal" la petición de los socialistas europeos, liderados por el Partido Demócrata, de un procedimiento de infracción para Italia, precisamente a causa del acuerdo con Albania.
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