Así, Putin logró, ante las cámaras, el reconocimiento de los líderes del BRICS, reunidos en Kazán.
Pero el camino para transformar el grupo en una organización cohesiva que se oponga al G7 sigue con varios obstáculos.
El evento central del día, antes de la cena que abrió oficialmente la jornada en esta ciudad rusa multiétnica a orillas del Volga, fue la conversación entre Putin y Xi, la tercera en un año.
Moscú tiene la intención de fortalecer una mayor cooperación con China "en todas las plataformas internacionales para garantizar la seguridad global y un orden mundial justo", dijo el jefe del Kremlin.
Por su parte, Xi respondió enfatizando el papel que puede desempeñar la "profunda amistad" entre China y Rusia al "hacer importantes contribuciones a la equidad y la justicia internacionales".
Pero los nueve países que forman parte del BRICS tras tras la ampliación del año pasado (Brasil, China, India, Rusia, Sudáfrica, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán) forman un grupo no precisamente homogéneo, con intereses a veces contrapuestos.
De hecho, existen divisiones geopolíticas, por ejemplo, entre China e India.
Nueva Delhi, entre otras cosas, forma parte del Quad, la alianza de seguridad del Indo-Pacífico, junto con Estados Unidos, Japón y Australia.
En cuanto a la integración económica, la mayoría de los países BRICS, empezando por la propia China, mantienen relaciones importantes con Occidente y parece poco probable que estén dispuestos a ponerlas en peligro llevando los vínculos con Moscú más allá de cierto límite.
No es ningún secreto que muchos bancos chinos bloquearon transacciones con clientes rusos durante el último año por temor a sufrir sanciones secundarias por parte de Washington.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo durante la cumbre que se hablará de "un proyecto general para el sistema financiero y de pagos".
Pero parece prematuro hablar de un proceso para abandonar el dólar en el comercio entre los países miembros.
Para Putin, sin embargo, la cumbre es un escaparate importante para demostrar que Rusia no está aislada debido a las sanciones occidentales y que él no se ha convertido en un paria en el escenario internacional debido a la orden de arresto de la Corte Penal Internacional.
Además de los jefes de Estado de los países BRICS (excepto el brasileño Lula, que no pudo asistir debido a una lesión sufrida en un accidente doméstico y estará conectado por videoconferencia), en la cumbre participarán otros jefes de Estado y de Gobierno.
Como el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con quien Putin se reunirá cara a cara mañana.
Otra reunión bilateral prevista es la que mantendrá con el presidente iraní, Massud Pezeshkian. El Kremlin anunció que el último día, el jueves, Putin se reunirá con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania protestó diciendo que el viaje ruso del jefe de las Naciones Unidas es "una mala decisión que no promueve la causa de la paz".
Es fácil predecir que durante la reunión se discutirá el conflicto ucraniano.
Del mismo modo que Putin habló hoy de ese tema con Modi, quien volvió a proponerse como posible mediador tras las misiones llevadas a cabo, el pasado verano boreal, en Moscú y Kiev.
Mientras, Corea del Norte calificó de "infundadas" las acusaciones de Seúl y Ucrania sobre el envío de 12.000 soldados para apoyar a las tropas rusas.
Un representante de Pyongyang en la ONU los tildó de rumores "estereotipados y dirigidas a difamar la imagen" de Corea del Norte.
La semana pasada, el Pentágono dijo que no podía confirmar el envío de tropas norcoreanas a Ucrania.
Pero Corea del Sur expresó su intención de responder con "medidas graduales".
Según el semanario estadounidense Newsweek, el gobierno y las fuerzas armadas de Corea del Sur están examinando un plan para enviar fuerzas en apoyo de Kiev, en particular "oficiales de inteligencia y expertos en tácticas enemigas".
En tanto, desde Kiev llegaron noticias de otras dimisiones: esta vez fue el fiscal general ucraniano, Andrei Kostin, quien dejó su cargo.
La decisión, explicó, es consecuencia de un escándalo relacionado con certificados de discapacidad falsos otorgados a funcionarios gubernamentales para evitar ser llamados a combatir.
Hay en curso una indagación sobre los hechos, que involucra a la Fiscalía.
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