De norte a sur, Italia se revela en un viaje lleno de maravillas, donde pequeñas perlas como Bard (Aosta), Rovereto (Trento), Sant'Agata de' Goti (Benevento), Aliano (Matera) y Sambuca di Sicilia (Agrigento ) se redescubren como protagonistas de una historia de renacimiento.
Aquí la regeneración no es sólo un acto físico, sino una mirada al futuro que se alimenta de cultura, identidad y visiones lejanas.
Bard, enclavado en las montañas del Valle de Aosta, es como un centinela del tiempo. Su fortaleza, majestuosa e imponente, ha vuelto a la vida, convirtiéndose en un faro de cultura en los Alpes. Entre exposiciones permanentes y temporales, el Museo Alpino cuenta, con un lenguaje moderno y multimedia, la esencia de estos lugares, donde el pasado se entrelaza con el presente en armonía eterna.
El viaje nos lleva luego hacia Rovereto (Trento), donde el viento de la innovación sopla entre las calles antiguas. La Fábrica Tabacchi, ahora centro de economía verde, y el Mart, diseñado por el arquitecto Mario Botta, son símbolos de un pueblo que ha sabido mezclar arte y modernidad.
Las obras de Depero, Picasso y Warhol dialogan con las nuevas fronteras del arte contemporáneo, en un continuo de creatividad que hace de este lugar un laboratorio sin fronteras.
Para embellecerlo, la Casa d'Arte Futurista Depero, el único museo dedicado al futurismo en Italia, que encarna el espíritu visionario del pueblo.
Siguiendo hacia el sur se llega a Sant'Agata de' Goti (Benevento), un pueblo que ha encontrado la manera de renacer sin traicionar sus raíces. Aquí, cada rincón habla de una época antigua, desde el silencio de la Catedral de Sant'Agata hasta el severo encanto del Castillo Ducal. Sin embargo, hoy Sant'Agata es también un pueblo que mira hacia el futuro, donde una cuidadosa restauración ha devuelto la autenticidad a los edificios históricos y el turismo slow encuentra su espacio natural.
Falanghina, el vino simbólico de esta tierra, se celebra en fiestas que realzan los sabores y aromas del pasado, mientras los lugares públicos se llenan de vida y encuentros, en un diálogo constante entre memoria y modernidad.
El corazón de Basílicata recibe en Aliano (Matera), donde las sombras de los barrancos y las piedras antiguas parecen contar historias que nunca han muerto.
El pueblo, inmortalizado por Carlo Levi en su "Cristo se detuvo en Éboli", es hoy un refugio para quienes buscan una conexión profunda con la tierra a través de la literatura y el arte. Los eventos del Parque Literario Carlo Levi y del Festival del Paisaje son momentos de encuentro y reflexión, donde el pasado cobra vida en las palabras y gestos de los habitantes, y los visitantes encuentran en estos lugares un eco de esa misma resiliencia que Levi supo contar.
Por último, Sambuca di Sicilia (Agrigento), que ha elegido un camino valiente y visionario para su renacimiento. El proyecto de las casas de un euro ha atraído a nuevos habitantes de todo el mundo, trayendo consigo diferentes lenguas y culturas, dispuestas a fusionarse con la historia antigua del pueblo.
Aquí, las calles se llenan de caras nuevas, las casas abandonadas vuelven a la vida y el futuro se construye ladrillo a ladrillo, en una danza de tradición e innovación que abraza el mundo moderno sin olvidar nunca sus raíces profundas.
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