Pocos minutos de enfrentamientos, pero violentos, botellazos y golpes de bastón, en medio de un gentío incrédulo de ciudadanos y turistas que, no obstante la lluvia, abarrotaban como siempre el centro de Nápoles.
Con los ministros de los siete Grandes figura asimismo el ministro ucraniano de Defensa, Rustem Umerov, el Alto representante UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Los temas en el tapete son tantos y todos calientes. Y las premisas no son de las mejores. La jornada comienza con la noticia del dron que tomó como blanco la residencia del premier israelí, Benjamin Netanyahu. "No pienso que sea un acontecimiento que mejora la situación", observa el ministro de Defensa, Guido Crosetto.
"Creemos que la parte militar de Hamás ha sido sustancialmente derrotada y que el ataque a Gaza puede terminar.
Sin embargo, las noticias de hoy hacen que todos sean menos optimistas al igual que las perspectivas para el futuro, tanto en Ucrania como en Medio Oriente, no pueden ser positivas.
"Debemos decir no a quienes obstaculizan la democracia".
La cumbre reiteró el apoyo a la misión de la UNIFIL.
"Hablamos de UNIFIL - explica Crosetto al final del día- y reitera la necesidad de que continúe la presencia de sus contingentes, que deben ser respetados tanto por Israel como por Hezbolá. No hablamos de cambiar las reglas de enfrentamiento porque el lugar para hablar de ello es la ONU, y espero que la próxima semana hablemos de ello porque la presencia de la ONU es la alternativa a la guerra". Por esta razón, la idea del ministro italiano es aplicar la resolución correspondiente para evitar que comiencen los ataques contra Israel.
"Y mientras tanto -añade- pedimos a Israel que detenga la agresión al sur del Líbano a cambio de una garantía internacional de que al día siguiente tanto israelíes como libaneses podrán regresar a sus hogares sin correr peligro".
El gobierno no tiene dudas sobre la presencia del contingente italiano. La próxima semana Crosetto estará en Türkiye: está en juego el proyecto de formar la policía palestina con los Carabineros. El apoyo a UNIFIL también proviene de Borrell, para quien la misión sólo podría revisarse después del alto el fuego.
"Después del asesinato de Yahya Sinwar -dijo el Alto representante UE- se abre una nueva perspectiva para alcanzar un alto el fuego, para la liberación de los últimos rehenes y para buscar una perspectiva política. Debemos reconstruir la soberanía del país".
Y la declaración conjunta final de la cumbre expresa preocupación por el riesgo de una mayor escalada en el Líbano.
Por la tarde, el dosier Ucrania ocupó un lugar central y recibió el pleno apoyo del G7. "Reiteramos nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania, que se defiende de la brutal e ilegal guerra de agresión a gran escala de Rusia desde hace casi tres años", dice el documento final, que condena sin medias tintas a Moscú.
A medida que la cumbre llega a su fin, no muy lejos se producen enfrentamientos callejeros. Un millar de manifestantes se enfrentan a la policía que les impide acercarse al Palacio Real. Vuelan piedras y botellas, las fuerzas del orden responden con bombas de humo y cachiporrazos. No hubo heridos, aunque varios pagaron el precio por efecto del humo y los gases lacrimógenos.
"Comportamientos que no tienen nada que ver con la libre expresión del pensamiento", comenta el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, al final de una jornada vivida entre los salones del Palacio Real y la plaza.
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