"Desperté al capitán cuando el viento era de 20 nudos. Dio órdenes de despertar a todos los demás. Luego guardé los cojines y las plantas, cerré las ventanas del salón de proa y algunas escotillas".
Esta es la historia contada a los investigadores, según pudo saber ANSA, de Matthew Griffiths, el marinero que la noche de la tormenta estaba de guardia en el puente del Bayesian, el velero que se hundió el 19 de agosto en el mar de Porticello, en la zona de Palermo.
Griffiths, defendido por los abogados Mario Scopesi y Corrado Bregante, quienes también asisten al ingeniero oficial Tim Parker Eaton, fue escuchado como persona informada de los hechos. El marinero no habría hablado de las puertas, pues no eran su responsabilidad.
"El barco se inclinó y fuimos arrojados al agua. Luego logramos volver a subir e intentamos salvar a los que pudimos", continuó Griffiths. "El barco estaba inclinado -es la historia del marinero- y estábamos caminando sobre las paredes. Salvamos a todos los que pudimos, incluso Cutfield salvó a la pequeña niña y su madre".
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