Las imágenes de París resuenan en las murallas de Roma: la Italia olímpica y multiétnica del voleibol termina en el mural dedicado a la campeona Paola Egonu, pero es el acto de vandalismo el que desfigura la obra "antirracista" de la artista callejera Laika, reavivando un debate que ha estado fuera del radar político durante mucho tiempo: el de la necesidad de modificar la actual ley de ciudadanía.
El deporte y el arte están entrelazados, pero es la política la que aprovecha la oportunidad.
Empezando por la secretaria del Partido Demócrata, Elly Schlein, quien lanzó un claro llamamiento: "Para nosotros -escribió- cualquiera que haya nacido o crecido en Italia es italiano o italiana y seguiremos luchando para cambiar la ley".
La referencia implícita es al "Ius Soli", un modelo de ciudadanía apoyado por el Partido Demócrata que divide a los partidos.
La ley vigente data de 1992.
Prevé que "el extranjero nacido en Italia" pueda convertirse en ciudadano italiano "siempre que haya residido allí legal y continuamente hasta alcanzar la mayoría de edad".
La solicitud de ciudadanía, por lo tanto, puede llegar dentro de los 12 meses siguientes a cumplir los 18 años, un sistema que, para la oposición, está "fuera de tiempo".
El Partido Democrático defiende el modelo del Ius soli, según el cual la ciudadanía se puede adquirir por nacer en territorio italiano.
Posición apoyada sin titubeos por la Alianza Verdes e Izquierda, Acción y +Europa. Riccardo Magi (+E) reitera: "Tengo cerca de estos Juegos Olímpicos la fotografía de una Italia formada también por extranjeros de segunda generación, sería importante toma nota de ello".
Su partido está trabajando en una cuestión de referéndum que pretende modificar la ley existente en la dirección del "Ius soli". Y para Magi ya podría estar listo a finales de agosto.
Una iniciativa que, por ahora, cuenta con el apoyo explícito de la diputada del PD, Laura Boldrini.
"Frente al rechazo ideológico de la derecha -explicó- el referéndum puede ser un golpe para la mayoría".
En el Parlamento hay varias propuestas de la oposición que apuntan a revisar la ley de ciudadanía.
Pero su viaje no promete ser fácil.
El centroderecha ya está cerrando sus puertas a nuevos llamamientos. "Estos Juegos Olímpicos han demostrado que Ius Soli no es necesario", manifestó, Luca Toccalini, de la Liga, en coincidencia con la posición de Forza Italia.
"Estamos en contra porque es una medida que favorece los desembarcos clandestinos", declaró el senador de Forza Italia Pierantonio Zanettin.
Por parte de Hermanos de Italia (Fratelli D'Italia - FDI) se subraya una posición que siempre fue contraria al Ius soli.
Aunque -este es el razonamiento- sobre Ius scholae, con cursos escolares de diez años de duración para obtener la ciudadanía, se podría razonar. Incluso si sigue siendo un tema fuera de la agenda política del partido.
El Ius scholae, imaginado por FdI, es un modelo mucho más estricto que el que quieren el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) e Italia Viva.
Para el partido M5S, un ciclo escolar de incluso 5 años sería suficiente para adquirir la ciudadanía.
Después de la reciente apertura al Ius soli por parte del líder del grupo en el Senado, Stefano Patuanelli, fue la responsable de derechos del M5s, Alessandra Maiorino, quien lo dejó claro: "el Ius scholae es un camino, si hay otros, no lo creo que sea un punto en el que no se pueden encontrar convergencias con Avs y Pd".
Italia Viva, sin embargo, siempre ha estado a favor del ius scholae, desde los tiempos del gobierno de Matteo Renzi.
Los puntos de vista en el hemiciclo siguen distantes.
Por su parte, el presidente Sergio Mattarella, hace unas semanas, desde Río de Janeiro, subrayó "la mezcla de etnias" del Imperio Romano y elogió la "lección de civilización" de Brasil, "capaz de convertir en ciudadanos a personas de muchas partes del mundo".
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