El informe describe una situación especialmente grave en Apulia, Abruzos y Sicilia, donde los embalses están casi vacíos, pero también en Cerdeña, Basílica, Calabria, Campania y Lacio.
En cambio, el norte de Italia se describe como "sobreabundante en agua", con lagos y ríos con caudales superiores a la media.
El embalse de Occhito, entre Molise y Apulia, que sirve a la agricultura de Tavoliere y al acueducto de Apulia, vio reducido su volumen en más de 15 millones de metros cúbicos en solo 8 días. La presa del río Fortore se utilizará a partir de ahora casi exclusivamente para beber.
A mediados de agosto, la Capitanata ya no tendrá recursos para regar los campos. "Existe un riesgo real de que se seque la llanura de Foggia, así como gran parte de la zona de Salento", indica Francesco Vincenzi, presidente de la Anbi.
En Abruzos, tras el secado de la cuenca del Penne, el agua del embalse de Chiauci también se agotará a mediados de agosto.
Mismo destino para los territorios del valle de Peligna. Las fuentes del Maiella están en su punto más bajo.
En Sicilia, a finales de junio, las precipitaciones acumuladas en 12 meses ascendieron a una media de 414 milímetros, es decir, solo un milímetro más que lo registrado durante la gran sequía de 2002.
En gran parte del este de Sicilia el déficit de precipitaciones supera el 60% anual. Los embalses regionales retienen 267 millones de metros cúbicos, el 38,21% del volumen de llenado autorizado y un 42% menos que la media del periodo de los últimos quince años. De ellos, solo 122 millones de metros cúbicos son realmente utilizables, netos de los volúmenes útiles para la ictiofauna, la sedimentación y el llamado "volumen muerto".
En la isla, 6 de 29 cuencas ya no tienen agua utilizable, otras 6 tienen menos de un millón de metros cúbicos disponibles y 4 menos de dos millones. Gela no podrá recibir ningún tipo de riego, todos los municipios de la provincia de Caltanissetta están sufriendo reducciones en la distribución de agua.
En Enna, el agua potable se suministra cada dos días. En la zona de Agrigento intentan salvar los cítricos transfiriendo recursos de riego. En la zona de Ragusa los manantiales están casi secos, al igual que en Messina. El agua también está racionada en Palermo. Las lluvias de los últimos días solo han afectado el extremo nororiental de la isla, pero han dejado secos el resto de los territorios sicilianos.
Entre el 21 y el 22 de julio se produjeron 54 fenómenos meteorológicos extremos en Italia.
Sin embargo, los aguaceros y granizadas que han azotado el centro de Italia en los últimos días no han aliviado la sequía en estas regiones, lo que demuestra que estos fenómenos extremos no afectan a la recarga de las masas de agua.
En Umbría, el lago Trasimeno está cada vez más seco y su altura es ahora 25 centímetros inferior al nivel por debajo del cual nunca debería descender (-120 cm). En el río Topino se registró una caída repentina del caudal, mientras que en Paglia y Chiascio los niveles se mantuvieron sin cambios.
Todo ello, a pesar de que la región ha sido víctima de violentas granizadas en la cuenca del Trasimeno.
La región de Las Marcas se ha visto afectada por tormentas a lo largo de la franja costera y montañosa central, pero los niveles de los ríos Potenza y Esino están disminuyendo. Los embalses retienen agua a casi el 74% de su capacidad.
El Lacio está viendo un descenso imparable en el nivel de sus lagos. Los niveles de las cuencas Albano, Bracciano y Nemi están cayendo. El caudal del río Tíber descendió a 76,41 metros cúbicos por segundo, cuando la media del período es de 130 metros cúbicos por segundo. El Aniene también cae.
En Toscana se está produciendo una drástica reducción del caudal del río Serchio, que ha caído por debajo de la media histórica. También está disminuyendo el Ombrone, cuyo caudal es ahora inferior al caudal mínimo viable.
Y, por el contrario, advierte Anbi, el norte de Italia "está viviendo una temporada hídrica extraordinaria", con lagos y ríos con capacidades y caudales superiores a la media, reservas de agua en niveles máximos y nieve aún abundante en los Alpes, agrega el boletín.
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