Según la investigación, el general habría sido sobornado con 22 mil euros, carteras de lujo, alquiler de autos de alta gama, entradas para el estadio Olímpico y la Scala de Milán para otorgar a una empresa la limpieza del cuartel que tenía a cargo, un contrato de 700 mil euros.
También terminó bajo arresto domiciliario Ennio De Vellis, un "empresario vinculado" a Liporace, y los hermanos Massimiliano y William Fabbro, dueños de la empresa supuestamente beneficiada.
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