Tantos errores en serie, los que se atribuyen al 47mo presidente d'Oltralpe, cuya decisión de disolver la Asamblea Nacional después del fracaso de su campaña en las elecciones de la UE del pasado 9 de junio resulta incomprensible si no "loca", dados los resultados que diezmaron a su partido.
Al dirigirse esta mañana a los ministros para definir una estrategia con vistas a las más inciertas triangulares del domingo, el propio Macron tuvo que hacer una confesión despiadada: "No nos equivoquemos. La extrema derecha está a punto de acceder a los cargos más altos, nadie más".
Como una advertencia para actuar a favor de la afirmación de un arco "republicano y democrático", a seis días de una votación que podría cambiar las connotaciones de Francia y Europa. ¿Pero cómo? La presidenta saliente de la Asamblea Nacional, Yael Braun-Pivet (Renaissance), llama a la creación de "una gran coalición desde los republicanos hasta los ecologistas y los comunistas", pero por el momento no parece que muchos la sigan.
El verdadero dilema en el campo presidencial se refiere a las posiciones divergentes sobre el apoyo (o no) a los candidatos de France Insoumise, el ala más radical del cartel de izquierda Nouveau Front Populaire.
Al igual que Macron, Braun-Pivet invitó a evaluar "caso por caso", pero muchos advierten contra una opción que corre el riesgo de convertirse en "el último error fatal" hacia la afirmación del RN.
No hay distinción, pues: hay que "hacer un bloqueo" con toda la izquierda para detener el avance nacionalista, como titula en caracteres cúbicos el diario Libération, con el telón de fondo de una gran foto del candidato al primer ministro RN, Jordan Bardella, ya listo para tomar el puesto del primer ministro Gabriel Attal en el Palacio Matignon.
"La única manera de bloquear el camino" al Rassemblement National, sostiene el editorial firmado por Dov Alfon, es hacer un bloqueo republicano con la izquierda, por una vez. En otras palabras, el abandono sistemático de cualquier candidato que haya alcanzado el tercer puesto en las urnas para dar al candidato republicano la máxima oportunidad frente al candidato RN".
En resumen, con los nacionalistas a las puertas del poder, no hay necesidad de hacer excepciones y "distinguir", por ejemplo, entre candidatos LFI considerados más o menos "compatibles con Macron".
"Dada la gravedad de la situación, estas sutilezas o abstenciones son imperdonables", enfatizó Le Monde, quien dijo el domingo que "el país no solo arriesga la alternancia, corre el riesgo de ir más allá".
Le Figaro habla de "tragedia francesa". "Cuando los historiadores reflexionen sobre la disolución, tendrán una sola palabra: ¡desastre!", escribió el diario conservador, subrayando que "Macron tenía todo, o casi", pero ahora corre el riesgo de "perderlo todo", tal vez incluso el Eliseo y todos sus cálculos han "resultado equivocados".
Entre las voces más críticas, Alain Minc, generalmente moderado consejero de muchos presidentes que también apoyó a Macron en 2017, hoy furioso por la disolución: "Hay errores históricos perdonables, esto no lo es", lamentó en una entrevista con el Express, añadiendo que "como en los dramas de Shakespeare, el final borra todo lo demás".
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