Una nueva masacre desgarra la noche en el sur de Gaza, donde un ataque a una "zona designada como humanitaria" en la zona de Rafah causó un "gran número de víctimas", según la Media Luna Roja.
Más de 30 muertos para el gobierno de Hamás en la Franja, que localizó el ataque a un campo de refugiados al noroeste de Rafah.
La Media Luna Palestina y el grupo islamista acusan a Israel.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que habían atacado el noroeste de Rafah, precisando que "los detalles están siendo verificados".
Por tanto, la orden del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya de detener la ofensiva en la zona al sur de la Franja parece no haber servido de nada. El nuevo ataque se produce después de que Hamás volviera a lanzar una andanada de cohetes contra Tel Aviv y el centro de Israel, después de cuatro meses sin ataques. El ejército israelí contó ocho, reivindicados por las Brigadas Qassam -el ala militar de la facción islámica- retiradas de la zona de Rafah.
La nueva novedad llegó el mismo día en que Egipto reabrió el paso de Rafah por el que, tras 20 días de paralización, entraron y luego pasaron, una vez inspeccionados por Israel, los primeros camiones de ayuda humanitaria con destino al paso israelí de Kerem Shalom, en la Franja.
Ahora todas las miradas están puestas nuevamente en El Cairo, donde a partir del martes -según informaron fuentes egipcias a la cadena estadounidense CNN- podrían reanudarse las negociaciones, mediadas por Egipto, Estados Unidos y Qatar, para una posible tregua y la liberación de los más de 120 rehenes israelíes aún prisioneros en Gaza.
El ataque desde Rafah a Tel Aviv y la zona del centro del país -el mayor en mucho tiempo, considerado por los analistas como un desafío abierto por parte de las Brigadas Qassam- llegó a primera hora de la tarde, haciendo saltar las sirenas de las alarmas que estuvieron sin escucharse desde hace tiempo en el
área.
Kfar Saba, Raanana y Herzilya también fueron las más afectadas por la lluvia de escombros de los cohetes impactados por las interceptaciones realizadas por la Cúpula de Hierro.
En Tel Aviv se escucharon fuertes explosiones en el cielo debido a la intervención del sistema de defensa israelí. De los ocho cohetes, según un portavoz de las FDI, tres fueron interceptados en el aire mientras los demás pasaban.
En Herzilya, un edificio -y las imágenes fueron difundidas en las redes sociales- fue alcanzado por fragmentos: dos personas sufrieron heridas leves mientras corrían hacia los refugios.
Las Brigadas Qassam en su reivindicación, afirmaron que habían "bombardeado Tel Aviv en respuesta a las masacres sionistas contra civiles".
El Ministro de Guerra, Benny Gantz, que pidió una investigación sobre el 7 de octubre y el desarrollo de la guerra, denunció que "los disparos desde Rafah demuestran que las FDI deben actuar allí donde esté Hamás".
Mientras tanto, una fuente del Estado judío declaró a los medios que la reanudación de las conversaciones y los acontecimientos en La Haya están llevando al ejército a revisar la operación en la zona, reduciéndola: "Continuará operando, pero de una manera más manera contenida".
La reapertura del cruce de Rafah - que tuvo lugar tras una reciente conversación entre el presidente Joe Biden y el presidente egipcio Al Sisi - permitió, según medios egipcios, la entrada de un total de "200 camiones" que se desplazaban desde el lado egipcio del cruce de frontera de Rafah.
El jefe de la Media Luna Roja Egipcia en el norte del Sinaí, Khaled Zayed, dijo que los camiones se movían en coordinación entre Egipto, Israel, la UNRWA (la agencia de la ONU para los refugiados palestinos) y la Media Luna Roja Palestina. A bordo -se precisó- varias toneladas de ayuda alimentaria y también
cuatro camiones cisterna de combustible atravesaron la Franja de Gaza.
En previsión de la reunión del próximo martes en El Cairo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, convocó al Gabinete de Guerra para discutir la posición, aunque ya en los últimos días, bajo la presión de las manifestaciones que tienen lugar en el país para pedir por la liberación de los rehenes, el
mandato a tratar por el jefe del Mossad, David Barnea, debería ser mucho más amplio que en las últimas rondas de negociaciones.
Hamás, sin embargo, hizo saber que por el momento aún no recibió nada de los mediadores y reiteró que la posición de la facción islámica no cambia.
"Lo que es necesario -advirtió- es detener la guerra en toda la Franja de Gaza, no solo en Rafah. Esta es la base y el punto de partida".
Mientras tanto, el conflicto con Hezbolá no cesa, con cohetes y ataques, en el norte, en la frontera con el Líbano, mientras en la Franja el ministerio de Salud de Hamás actualizó a casi 36.000 el número de víctimas desde el inicio del conflicto.
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