La mayoría de las encuestas dan ganador al candidato de Sánchez, el socialista Salvador Illa, quien fue su ministro de Sanidad, aunque no está claro que podría formar gobierno.
El segundo favorito, aupado por los últimos sondeos, es el expresidente Carles Puigdemont, huido de la justicia española desde el proceso independentista de 2017, que aspira a regresar a la presidencia.
Ante el temor de ser detenido, realizó la campaña desde Argelés (sur de Francia) hasta donde se desplazaron más de 12.000 personas para escuchar sus mítines.
Puigdemont prometió que regresará a Cataluña para un debate de investidura. El partido con el que Puigdemont, Junts per Catalunya, lucha por el segundo puesto es su eterno rival, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), actualmente en el poder, cuyo líder, Pere Aragonès, aspira a revalidar la presidencia.
Aragonès decidió adelantar las elecciones después de que Sumar se negó a aprobar unos presupuestos que ERC tenía pactados con los socialistas.
Las encuestas apuntan a que por primera vez desde 2012 los partidos independentistas -ERC, Junts y la CUP- no tendrán mayoría de escaños en el parlamento catalán.
Descartadas las mayorías absolutas, los pactos se presentan necesarios y ERC podría tener aquí la llave de la gobernabilidad. Illa podría ser investido presidente con los apoyos de ERC, posibilidad que hasta ahora ha negado, y de Sumar.
Illa se convertiría en el primer presidente catalán socialista en los últimos 14 años, desde José Montilla (2006-2010).
La repetición electoral no está descartada.
Resultarán claves los indecisos, cerca de un millón, de los que se calcula que 100.000 son abstencionistas independentistas.
De quién será el próximo presidente catalán dependerá también la estabilidad de Sánchez, pues en Madrid gobierna con los apoyos parlamentarios de ERC y Junts per Catalunya.
En Madrid Sánchez se ha comprometido con estos partidos a aprobar una ley de amnistía para los encausados por el proceso independentista que permitiría el regreso de Puigdemont.
Una victoria de Illa permitirá a Sánchez además encarar con una victoria la campaña de las elecciones europeas del 9 de junio en las que se medirá con el líder de la oposición, Alberto Nuñez Feijóo, del Partido Popular (PP).
El PP viró hacia la extrema derecha en la campaña de las elecciones catalanas, que podrían llevar a que en el parlamento de Cataluña hubiera dos fuerzas de ultraderecha, Vox y Aliança Catalana, de corte independentista, que podría irrumpir en la cámara, según los sondeos.
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