Sumergido en agua turbia casi hasta la cintura, el diplomático informó de su primera visita al consulado desde el sábado, cuando el lago Guaiba se desbordó, inundando toda la metrópoli de 1,3 millones de habitantes.
"La situación es muy grave" y "los daños son muy graves", afirma Caruso antes de lanzar un sentido llamamiento a los habitantes del "Véneto brasileño".
"Antes que nada les pido a todos que no vengan al consulado, el acceso está bloqueado y es muy peligroso. Todas las actividades están suspendidas y no tenemos previsión de cuándo podrán reanudarse los servicios consulares", afirma el diplomático.
"Este no es el momento de pensar en reservas y servicios. Me comprometo personalmente a garantizarle que se realizarán nuevas reservas lo antes posible y que todos los documentos dañados o perdidos serán rehechos por nosotros." "Ahora es el momento de pensar en salvar vidas y ayudar a las personas que más lo necesitan. En este sentido, el consulado general italiano ha puesto a disposición un número de emergencia. El punto de recogida de la ayuda obviamente no estará aquí", sino "en la sede del Comité de los Italianos en el Extranjero, Comites-RS, en el Centro Carlos Gomes", concluyó.
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