Fue Washington que planteó el espectro de las sanciones en la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad con las palabras de representante adjunto de Estados Unidos ante la ONU, Robert Wood: "En los próximos días discutiremos con nuestros socios nuevas medidas punitivas para responsabilizar a Irán de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad", afirmó el diplomático, aludiendo a la posibilidad de presentar un proyecto de resolución con nuevas medidas restrictivas contra Teherán, pero reiterando que Estados Unidos "no quiere una escalada".
"Necesitamos aislar a Irán, aumentar las sanciones y encontrar un camino hacia la paz en la región", reiteró el presidente francés, Emmanuel Macron, en una entrevista con Bfm TV, precisando cuál es la línea de todos, empezando por Washington: "Condenamos, intervinimos, Haremos todo lo posible para evitar un incendio y una escalada".
El viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, recordó la colegialidad de las decisiones sobre la posibilidad de nuevas sanciones por parte del G7: "Debemos tomar decisiones todos juntos, ya veremos".
Para mañana ya está prevista una reunión informal por videoconferencia de los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea solicitada por el Alto Representante, Josep Borrell, "destinada a evaluar los próximos pasos de la Unión Europea y sus estados miembros para reaccionar ante esta última escalada por parte de Irán", según precisó el portavoz de política exterior de la UE, Peter Stano.
Una respuesta de muchas voces, por tanto, a la petición de Israel a los miembros del Consejo de Seguridad de "imponer todas las sanciones posibles a Irán antes de que sea demasiado tarde".
Queda por ver en qué dirección irán las nuevas medidas, si están dirigidas a miembros del régimen, a sectores económicos estratégicos o a ambos.
Las últimas sanciones, ordenadas cronológicamente, fueron anunciadas a finales de enero por el Reino Unido y Estados Unidos contra "altos funcionarios iraníes" implicados en actividades represivas contra periodistas y defensores de los derechos humanos.
En julio, la Unión Europea estableció un nuevo marco de medidas restrictivas motivadas por el apoyo militar de Irán a la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. En particular, está prohibida la exportación de la UE a Irán de componentes que puedan utilizarse en la producción de drones que Teherán suministra a Moscú.
Pero Irán nunca se preocupó mucho por las sanciones. Tanto es así que, según un informe confidencial de la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica) difundido a finales de febrero, Teherán aumentó 27 veces sus reservas de uranio enriquecido con respecto al límite autorizado por el acuerdo internacional de 2015 (JCPOA) que regula las actividades de Irán en este sector a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
Solo para luego afirmar, a través del Ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, en una llamada telefónica con Borrell, que estaba decidido a continuar la cooperación constructiva con la AIEA precisamente con el objetivo de eliminar las sanciones.
Además, existen innumerables formas utilizadas por el régimen para eludirlas, que surgen de investigaciones periodísticas.
La última en orden cronológico es aquella descubierta por el diario Financial Times según el cual Irán también habría utilizado a dos grandes bancos europeos -el británico Lloyds y el español Santander a través de su sucursal en Londres- para eludir las sanciones estadounidenses abriendo cuentas bancarias a nombre de dos empresas pantalla.
Una batalla, por tanto, compleja, que se desarrolla desde el nivel militar hasta el económico y financiero, pasando por las infinitas deficiencias en la conveniencia de los numerosos actores en el campo.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA