La chispa de los recientes actos de violencia física y verbal contra los sirios en el Líbano fue el asesinato, en los últimos días, de una política local, Pascale Sleiman, coordinador en la región de Byblos (Jbeil), al norte de Beirut, del partido ultraderechista cristianas-maronitas de las Fuerzas Libanesas.
Tradicionalmente alineadas contra el eje pro iraní liderado por Hezbolá, las Fuerzas Libanesas han difundido desde el principio el rumor de que había un motivo político detrás del secuestro y asesinato de Sleiman, una historia que todavía tiene muchos puntos confusos, en referencia a los chiítas libaneses, aliados de Hamás e Irán.
Hezbolá ha negado cualquier implicación en el asunto. Pero desde el 8 de octubre hasta hoy, con el sur del Líbano y el valle oriental de la Bekaa cada vez más involucrados en el intercambio diario de disparos entre Hezbolá e Israel, crecen las críticas a la elección del Partido de Dios de liderar "su guerra" contra el Estado judío "en solidaridad con Gaza".
En este contexto polarizado, emergió la noticia, difundida por el ejército libanés y el Ministerio del Interior, de que Sleiman fue asesinado por un "grupo de mafiosos sirios". Y que su fallido intento de "robar su coche" degeneró en el asesinato y posterior transporte clandestino de su cuerpo a través de la frontera hacia la vecina Siria. El cuerpo de Sleiman fue recuperado inexplicablemente por el ejército libanés y el funeral se desarrolló en un ambiente de emoción y condena hacia los "sirios".
Y la ira popular ha estallado en la región montañosa de Biblos, tradicionalmente dividida entre localidades de mayoría cristiana y localidades chiítas, dominadas por Hezbolá.
Con el paso de los días, los bloqueos de carreteras y las protestas se han extendido a Beirut y otras zonas cristianas, desplazando el foco de la violencia de Hezbolá -partido armado hasta los dientes y muy influyente en el territorio y en las instituciones- a los "sirios", percibidos como una comunidad incómoda y débil al mismo tiempo.
El Líbano, que estuvo bajo protección militar y política siria durante más de 30 años, desde la década de 1970 hasta 2005, tiene una población de más de 5 millones de personas. Y en décadas pasadas ya se ha enfrentado a la llegada masiva de refugiados palestinos expulsados ;;por Israel a partir de 1948.
El país también se vio afectado en 2019 por una crisis económica sin precedentes, que exacerbó las tensiones sociales e intercomunitarias. En algunas zonas de Beirut y del Monte Líbano se han activado patrullas locales y escuadrones de matones en busca de "sirios". Otros autodenominados "comités de barrio" han difundido en las redes sociales y en las calles advertencias "a los sirios" para que "cierren sus comercios", respeten el "toque de queda nocturno" y, en algunos casos, "abandonen inmediatamente sus casas".
Las Fuerzas Libanesas pidieron hoy tardíamente a sus seguidores que cesen estos actos de violencia e intimidación.
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