La tradición vuelve triunfante a las mesas italianas preparadas para Semana Santa.
También, las delicias artesanales de calidad.
Bajo la consigna de que menos (en cantidad) es mejor (en calidad), también para evitar las repercusiones de la inflación.
Una inflación que afecta sobre todo al pescado: el mal tiempo de los últimos días ha reducido considerablemente la cantidad y la variedad en los mostradores, alimentando además el aumento de los costes y, por tanto, de la elección, que el Viernes Santo se limitó principalmente a los alimentos magros y para una minoría de consumidores leales.
Esto se desprende de una encuesta de Cna Agroalimentare sobre el consumo gastronómico para la Pascua.
Lo salado y lo dulce están unidos por algunas tendencias: tradicional y artesanal. Para simbolizar la renovación de las tradiciones culinarias, aumenta el consumo de cordero y cabrito, impulsado por la orientación de muchos jóvenes chefs, que están incluyendo los ovinos en los menús de sus restaurantes, aunque las familias ahora tienen que lidiar con el aumento de los precios.
Lasaña en diversas variantes y pasta rellena, tal vez de un laboratorio artesanal, competirán por el liderazgo de los primeros platos, señala Cna agroalimentare, pero las sopas en caldo de pollo siguen siendo las preferidas en varios territorios.
Diversos tipos de huevos, embutidos típicos (por ejemplo, corallina) y quesos (empezando por el pecorino) tendrán a su vez un papel importante, rodeados de verduras como alcachofas, achicorias, espárragos, habas, espinacas y acelgas.
Pasando a los postres, las palomas y los huevos, sobre todo en las versiones clásicas creadas por pasteleros y panaderos, aparecerán en casi todas las familias, evidentemente de diferentes tamaños y sorpresas según la disponibilidad económica.
Pero este año son las palomas las que triunfan sobre los huevos de chocolate, gracias al aumento exponencial del precio del cacao, que ha ascendido a 10.000 dólares o más por tonelada.
El postre horneado estará en las mesas de siete u ocho familias de cada diez. Los huevos de chocolate se limitarán en cinco o seis familias.
La "pastiera" napolitana se está convirtiendo en un postre nacional y también abre el camino a dos pasteles salados como el "casatiello" y el "cortano", junto con pizzas de queso regionales en diferentes formatos, como los "calascioni ciociari" y la torta pasqualina de Liguria con alcachofas.
Mientras que entre los postres regionales, la fugasa veneciana, la "crescia" de las Marcas, la "escarcha" de Apulia, los anilos de pasta de almendras de Apulia y Sicilia, entre otros, amplían su espacio.
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