Dos Zircon fueron lanzados por la mañana desde la Crimea ocupada directamente contra la capital, según la revista Defence Expresse: derribados por la defensa aérea, sus restos cayeron en diferentes zonas de la ciudad, hiriendo al menos a 10 personas en el distrito central de Pechersk, que, junto al río Dnipro, alberga también el Monasterio de las Cuevas.
En cambio, se lanzaron "enjambres" de drones varias veces en las regiones de Mykolaiv y Odessa.
Ataques, este último, que rozan las fronteras occidentales de Ucrania, con el riesgo de invadir nuevamente el territorio de la OTAN: como el misil de crucero ruso que violó el espacio aéreo polaco durante 39 segundos el domingo, causando preocupación -y enfado- en Varsovia y levantando la alerta de la misma OTAN.
"Hemos reforzado significativamente nuestra posición en el flanco oriental, también con aviones aliados para proteger los cielos polacos", dijeron fuentes de la Alianza. Sin embargo, el embajador ruso, Serghei Andreyev, convocado por el ministerio polaco de Asuntos Exteriores para pedir explicaciones, ignoró la "invitación" de las autoridades del país anfitrión y "no se presentó".
Una bofetada diplomática, o peor aún, una advertencia de Moscú, que decidió no escuchar las quejas de la OTAN, avivando las llamas de un equilibrio cada vez más precario al borde de la guerra directa.
"El apoyo de la OTAN a Polonia es férreo", aseguró también la Casa Blanca tras la noticia de la incursión con misiles.
"Estamos en estrecho contacto con las autoridades polacas", informó luego el Departamento de Estado, reiterando "el compromiso con la OTAN y con la defensa de los aliados".
Cada vez más preocupados por los vientos de guerra, los países bálticos invitan a no dejar que las provocaciones rusas queden sin control: "Debemos cambiar de actitud y enviar un mensaje muy claro a Rusia. Si misiles o drones entran en territorio de la OTAN, serán derribados", declaró el ministro lituano de Asuntos Exteriores, Gabrielius Landsbergis, mientras que los presidentes de Letonia y Estonia, Edgars Rinkevics y Alar Karis, instaron, en una entrevista al Financial Times, a otros países europeos a hacer más para prepararse ante una posible confrontación armada con Rusia, examinando todo, desde el reclutamiento hasta un aumento significativo del gasto militar.
En tanto, Moscú continúa levantando el tiro en Ucrania, no sólo contra las líneas enemigas y las infraestructuras energéticas, sino atacando los centros de las ciudades con armas muy poderosas, obligando a los civiles a huir en busca de refugios.
El ataque a Kiev con los famosos Zircons -por segunda vez después de un primer episodio el 7 de febrero- demuestra que "Ucrania necesita más sistemas de defensa aérea que proporcionen seguridad a nuestras ciudades y salven vidas humanas. Debemos poner fin a este terror" , volvió a preguntar el presidente, Volodymyr Zelensky.
En particular, como se hizo eco del ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, se necesitan "sistemas Patriot y misiles capaces de repeler cualquier ataque ruso".
También la embajadora de Estados Unidos en Kiev, Bridget Brink, instó al Congreso a desbloquear y acelerar el envío de nueva ayuda a Ucrania: "Rusia está atacando con misiles hipersónicos. En los últimos cinco días lanzó cientos de misiles y drones contra un país soberano. Ucrania - insistió en la red social X - necesita nuestra ayuda ahora. No hay momento que perder".
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