Una operación -advirtió Blinken sin tantos circunloquios- que "corre el riesgo de aislar ulteriormente a Israel en el mundo", aún comprendiendo la necesidad, con el Estado judío, de "derrotar a Hamás".
La visita de Blinken a Israel coincidió con el rechazo en el Consejo de Seguridad de la ONU -por el veto de Rusia y China, con el aplauso de Hamás- de la resolución presentada por Estados Unidos que, por primera vez, subrayaba "el imperativo" de un cese del fuego "inmediato y duradero" en el enclave palestino junto a la simultánea liberación de todos los rehenes.
Las esperanzas de una tregua siguen siendo, por ahora, confiadas a las negociaciones indirectas de Doha con el encuentro decisivo entre la delegación israelí, encabezada por el jefe del Mossad, David Barnea, el director de la CIA, William Burns, y los mediadores de Qatar y Egipto. Una mesa de la que espera Blinken "progresos en las próximas horas".
"He dicho" a Blinken que "no hay modo de vencer a Hamás sin ir a Rafah y eliminar el resto de los batallones", hizo saber Netanyahu al término de la reunión en el ministerio de Defensa en Tel Aviv.
"Y le dije que espero hacerlo con el apoyo de Estados Unidos, pero, si no, lo haremos por nuestra cuenta", insistió el premier, y reconoció, al mismo tiempo, "la necesidad de evacuar a la población civil de las zonas de guerra y, obviamente, ocuparnos de las necesidades humanitarias. Trabajamos para tal fin", aseguró.
Inclusive el ministro del Gabinete de Guerra, el centrista Benny Gantz, dijo a Blinken que "es imperativo" completar la misión en Gaza. "Rafah incluiida, y desmantelar a los terroristas de Hamás".
Israel debe "prepara un plan claro" para el período post-Hamas "o quedará estancado en Gaza", respondió Blinken a sus interlocutores, y añadió que la continuación de la guerra sin un objetivo preciso para el día después pondría en peligro la defensa de Israel, la seguridad, y su estatus internacional.
Israel - insistió el enviado de Biden - puede "no darse cuenta hasta que sea demasiado tarde" Al hablar con los periodistas en el aeropuerto de Tel Aviv luego de las reuniones, el secretario norteamericano de Estado definió como "inimaginable" el veto que bloqueó la resolución de la ONU.
"Nosotros -explicó- hemos mostrado el sentido de urgencia ligado al cese del fuego que lleve a un retorno a casa de los rehenes, pero es inimaginable que algunos países no hayan querido seguir nuestro paso. Igualmente, existe un respaldo fuerte y la determinación de muchas naciones de llegar a un alto el fuego para la liberación de los secuestrados".
Moscú justificó su decisión al denunciar que "el texto estadounidense daba a Israel luz verde para un ataque a Rafah".
Y habló de "hipocresía" por parte de Washington. Casi similar la posición de Pekín, que definió el texto de "ambiguo", Hamás exultó en Telegram al sostener que "el proyecto de resolución norteamericano contiene palabras engañosas que son cómplices de los objetivos del criminal enemigo sionista".
En la pulseada en curso en el Palacio de Vidrio, no parece tener muchas esperanzas un bosquejo de resolución -a ser votado mañana- elaborado por miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, que "insta a un cese del fuego humanitario inmediato por el Ramadán", y la "liberación inmediata de todos los rehenes". Estados Unidos hizo saber que no comparte el texto.
Asimismo, el presidente Emmanuel Macron anunció que Francia trabaja en una nueva resolución en la ONU "con los sodios europeos, árabes y Estados Unidos" para pedir "un alto el fuego inmediato y el acceso humanitario" a la Franja de Gaza.
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