Las fuerzas de Kiev, sobre el terreno, responden sin escatimar esfuerzos y continúan atacando al otro lado de la frontera, desde Kursk hasta Belgorod, incluso contra infraestructuras civiles. Incursión que Vladimir Putin no parece dispuesto a tolerar: "Tenemos nuestros planes al respecto y procederemos", aseguró el líder del Kremlin, aún más fortalecido por el plebiscito electoral.
En un día más de hostilidades, rusos y ucranianos informaron haber repelido numerosos ataques aéreos que obligaron a la evacuación de civiles a ambos lados de la frontera.
En Járkov, en el norte, un ataque afectó a un edificio de ocho plantas y a una fábrica, matando al menos a cuatro personas y provocando un incendio en más de 1.000 metros cuadrados, dijeron las autoridades regionales. En el frente opuesto, los drones ucranianos apuntaron a la base aérea de Engels en la región de Saratov y a una zona industrial en Kursk.
En Bélgorod fueron interceptados 13 cohetes, pero según el gobernador también hubo víctimas: al menos tres muertos y cuatro heridos. Se avecinan nuevos cierres de escuelas y universidades, que se suman a los planes de evacuación existentes, y el propio Putin ha asegurado que se hará "todo lo necesario" para proteger a la población. Además, la iniciativa ucraniana en esta zona se ha intensificado en las últimas semanas, en un intento de desviar a las fuerzas enemigas de sus objetivos principales.
La tendencia del conflicto sigue siendo favorable a los rusos, que después de haber conquistado el mes pasado la pequeña ciudad de Avdiivka, en el este de Ucrania, están presionando para penetrar aún más profundamente. Y los soldados muertos en los primeros meses de 2024, según estimaciones de las autoridades de Moscú, serían tres veces más que en el mismo periodo del año pasado.
Para Kiev, que sufre la inferioridad de hombres y equipos, la esperanza es que los aliados occidentales aceleren su ayuda militar. Según el ministro Mykhailo Fedorov, Ucrania podría producir 2 millones de drones al año, el doble que en la actualidad, con apoyo financiero adicional de Estados Unidos, otros gobiernos occidentales y también de particulares.
Mientras tanto, desde Bruselas llegan noticias de que la Comisión Europea ha desembolsado los primeros 4,5 mil millones de euros del Mecanismo de 50 mil millones para Ucrania.
Para mantener la atención de sus socios, Volodymyr Zelensky continúa tejiendo su red diplomática. El líder ucraniano recibió a la ministra de Defensa holandesa, Kajsa Ollongren, a quien mostró la "devastación" causada por los rusos en Dniéper. La atención de Kiev también se centró en otro gran actor mundial, la India, que no tomó un bando claro a favor de uno de los dos contendientes.
El primer ministro Narendra Modi, después de llamar a Putin para felicitarlo por su reelección, también escuchó a Zelensky. Ofreciendo apoyo, según la versión difundida por Kiev, a la "soberanía ucraniana".
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