La guerra está alcanzando un "punto de no retorno" en términos de consecuencias para el continente, donde ningún país "saldrá ileso" si el conflicto no tiene un resultado justo, dijo el primer ministro ucraniano Denys Shmyhal.
Para Kiev, la clave de la victoria son las armas y municiones. Y el gobierno de Zelensky espera aún, más que nunca, el desbloqueo del estancamiento en Estados Unidos: "Es de suma importancia" que el Congreso estadounidense "tome una decisión final" sobre el paquete de 60 mil millones de dólares bloqueado desde hace meses, afirmó el presidente ucraniano al reunirse con el senador estadounidense Lindsey Graham.
Al intervenir en el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, el canciller Dmytro Kuleba instó a los aliados europeos "a hacer todos los esfuerzos para aumentar y acelerar la ayuda militar a Ucrania", incluso aprovechando los excedentes de los activos rusos sobre los cuales aún falta una decisión de Bruselas, sobre el que hay un fuerte consenso", aseguró el alto representante de la UE, Josep Borrell.
Mientras tanto, el Consejo de la UE dio luz verde a un fondo adicional de asistencia para Ucrania de 5 mil millones de euros dentro del Fondo Europeo para la Paz.
El tiempo apremia, mientras que Vladimir Putin no parece tener la intención de ceder en absoluto, al contrario. Su reelección y la afluencia récord a las urnas son interpretadas por el Kremlin como un plebiscito a favor de la invasión.
Así, los 10 años de ocupación de Crimea se convierten para el zar en una oportunidad para celebrar la península anexada a Rusia, así como el Donbás, aunque este último con un camino "más difícil y trágico".
Pero no es suficiente: "La operación militar especial" continúa y pronto podría centrarse en la región nororiental de Járkov. Esto es lo que sugieren las palabras de Putin, quien ha evocado la creación de una zona tapón para alejar los ataques ucranianos de las regiones rusas fronterizas, en particular Belgorod, que ahora es golpeada diariamente por los drones de Kiev: cuatro muertos solo en el último día, según el gobernador, mientras que los paramilitares rusos pro-Kiev continúan sus incursiones y han reclamado la conquista del pueblo de Kozinka, mientras que Moscú ha declarado haberlos rechazado con pérdidas.
"No excluyo" que "nos veamos obligados en algún momento, cuando lo consideremos oportuno, a crear una cierta 'zona sanitaria' en los territorios actualmente bajo el régimen de Kiev", afirmó Putin, mientras que el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, explicó cómo "en el contexto de los ataques con drones y artillería en nuestro territorio, se tomarán medidas para hacerlo seguro".
Palabras que no han pasado desapercibidas en Kiev, según la cual representan una clara señal de una inminente escalada: "Es una declaración evidente de que la guerra no hará más que intensificarse", dijo el asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podolyak.
Para confirmar la lectura del funcionario de Kiev, están principalmente los hechos: continúan los bombardeos en las regiones ucranianas que albergan el frente, entre ellas Jersón y Mykolaiv.
El Ministerio de Defensa ruso reclamó haber golpeado el lugar donde se estaba llevando a cabo una reunión entre jefes del Servicio de Seguridad Ucraniano (SBU) y comandantes de las fuerzas armadas ucranianas, sin embargo, no proporcionó detalles sobre posibles pérdidas.
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