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Occidente condena el voto ruso, "ni libre ni justo"

Ministros de UE mañana con Blinken. Macron insiste sobre tropas

BRUSELAS, 17 marzo 2024, 17:45

Redaccion ANSA

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El guión ya estaba escrito y fue respetado. Al esperado plebiscito en favor de Vladimir Putin le siguió una firme condena de Occidente por una votación considerada completamente falsa.
    En Bruselas, Washington y Londres, las elecciones en Rusia se consideran importantes exclusivamente para los próximos pasos del líder del Kremlin en la guerra en Ucrania, en un contexto que ve a Kiev en dificultades crecientes y a los aliados cada vez más preocupados por una guerra de la cual no se ve el epílogo.
    Desde el punto de vista electoral, en la UE se mira, con cierta aprensión, a otras dos rondas electorales: las europeas de junio y las presidenciales estadounidenses de noviembre.
    El lunes, en la reunión del Consejo de Asuntos Exteriores en la que participará el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, se hablará en primer lugar de Rusia y se comenzará con una declaración conjunta sobre la votación que coronó a Putin por quinta vez.
    La finalización del texto es menos obvia de lo esperado, dado que para tener una declaración unitaria la UE necesita la aprobación de Hungría, que siempre jugó con Moscú un juego diferente al de Bruselas.
    La condena de los líderes occidentales, sin embargo, ya se expresó claramente en los minutos posteriores a las primeras encuestas a pie de urna.
    "No fueron unas elecciones libres ni justas", subrayó el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Cameron.
    Las elecciones en Rusia "claramente no fueron ni libres ni justas. Putin encarceló a sus oponentes políticos y así les impidió competir contra él", fue el primer comentario de la Casa Blanca.
    En Europa, entre los primeros en condenar la votación estuvieron los países del Este.
    Las elecciones se desarrollaron "en un contexto de represión" y de "violación del derecho internacional", protestó Varsovia.
    "Elecciones, ¿qué elecciones?", tuiteó sarcásticamente el presidente letón, Edgars Rinkevics.
    Con las urnas aún abiertas, el ministerio de Asuntos Exteriores alemán, en la red social X, ya había rechazado la votación en Rusia en dos términos: "Estas pseudoelecciones no son ni libres ni justas, en los territorios ocupados son, por el contrario, nulas".
    Para la diplomacia europea, uno de los principales riesgos vinculados a la ronda electoral es la consolidación del poder de Moscú sobre las cuatro regiones ucranianas ocupadas y anexadas por Putin, regiones donde -según las encuestas a pie de urna- el apoyo al presidente zar era incluso mayor que el nacional promedio.
    Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE reaccionarán con un nuevo paquete de sanciones, todas ellas centradas en la violación de los derechos humanos y vinculadas a la muerte de Alexei Navalny. Y, en los próximos días, se espera la propuesta sobre el uso de fondos rusos congelados para enviar armas a Kiev.
    La impresión es que, en vísperas de la primavera, se está preparando para una nueva escalada, con consecuencias aún impredecibles.
    Y con la hipótesis, por ahora remota, de la presencia de tropas occidentales en Ucrania. El presidente francés, Emmanuel Macron, que habló por primera vez al respecto al regresar de la cumbre con Olaf Scholz y Donald Tusk, reiteró efectivamente el concepto, a pesar de la controversia que desencadenó.
    "Puede ser que en un momento determinado -no lo espero y no tomaré la iniciativa- sea necesario llevar a cabo operaciones en el terreno para enfrentarnos a las fuerzas rusas", dijo Macron.
    No es el único en la UE que piensa lo mismo. El Primer Ministro estonio, Kaja Kallas, en una entrevista con la BBC, no llegó a evocar botas sobre el terreno, pero subrayó que ser cauteloso con el Kremlin sirve de poco: "Putin utiliza la trampa del miedo, pero debemos recordar lo aquello que el propio Putin tiene miedo y él tiene miedo de ir a la guerra con la OTAN", fueron sus palabras.
   

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