Las protestas de los seguidores de Alexei Navalny, los ataques a las regiones fronterizas con Ucrania y una alerta de drones sobre los aeropuertos de Moscú no impidieron a Vladimir Putin completar el maratón electoral que lo confirmó como presidente con porcentajes sin incidentes importantes cercanos al 90%: Es el quinto mandato después de 24 años en el poder, el horizonte ahora es 2030.
Según varios sondeos a boca de urna y con el recuento de votos ya en marcha, el jefe del Kremlin obtuvo entre el 87% y el 89% de las preferencias, con los otros tres candidatos prácticamente aniquilados.
El comunista Nikolai Kharitonov, en segunda posición, se detuvo en el 4,7%, el de Gente Nueva, Vladislav Davankov, en el 3,6% y el del Partido Liberal Democrático, Leonid Slutsky en el 2,5%.
Los tres días en los que se desarrollaron por primera vez las consultas dieron los resultados deseados también en términos de participación, según datos oficiales.
La afluencia electoral es estimada en más del 73%, frente al 67,5% registrado en las anteriores elecciones presidenciales, en 2018. Mientras aún se esperan los datos del voto electrónico.
Una participación masiva, entre el 80% y el 90%, fue anunciada también en las cuatro regiones ucranianas parcialmente controladas por las tropas de Moscú y anexadas por Rusia en 2022: Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jerson. Aquí la victoria de Putin fue, si es posible, aún más clara. Los porcentajes que se le atribuyen llegan hasta el 95% en Donetsk, el 94% en Lugansk, el 93% en la región de Zaporiyia y el 88% en la región de Jerson.
La primera reacción internacional fue la del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, según el cual Vladimir Putin es un hombre "enfermo de poder" que quiere "reinar para siempre".
Zelensky añadió que las elecciones rusas "no tienen legitimidad".
El expresidente ruso Dmitry Medvedev, en cambio, elogió lo que llamó la "brillante victoria" de Putin.
El Occidente "fracasó" en sus intentos de boicotear las elecciones, afirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores, cuya portavoz, María Zajárova, volvió a lanzar el sábado la acusación contra los diplomáticos de los países occidentales de "interferir" en el proceso electoral. Y esto en particular por el apoyo de los países de la UE y de Estados Unidos a los opositores, especialmente en la persona de Alexei Navalny y ahora sus colaboradores.
Colas de cientos de personas se formaron a las 12 frente a los colegios electorales del centro de Moscú y otras ciudades en respuesta a la apelación lanzada por el propio Navalny poco antes de su muerte para el llamado "Mediodía contra Putin". Pero todo se desarrolló sin incidentes graves, aunque la ONG Ovd-Info informó de 74 detenciones en toda Rusia, principalmente debido a incidentes de protesta individuales.
Leonid Volkov, ex mano derecha de Navalny que fue atacado con un martillo en los últimos días en Lituania, afirmó que la aplastante victoria de Putin "no tiene nada que ver con la realidad".
Incluso en la región fronteriza de Belgorod los colegios electorales permanecieron abiertos durante estos tres días a pesar de los repetidos bombardeos ucranianos y los intentos de infiltración reivindicados por grupos paramilitares rusos que forman parte de las fuerzas de Kiev.
Este domingo dos personas, entre ellas una joven de 16 años, murieron y 11 resultaron heridas por cohetes ucranianos.
En Chisinau, capital de Moldavia, un hombre arrojó dos cócteles molotov contra la embajada rusa, donde se desarrollaban las operaciones de votación, sin causar víctimas ni daños.
Rusia afrontó estas tres jornadas electorales en un clima de tensión por temores de seguridad.
En Moscú fue visible hoy un notable despliegue policial en varios puntos estratégicos, incluidas las principales estaciones de metro. Y el día comenzó con el fuego antiaéreo cerca de los aeropuertos internacionales de Vnukovo y Domodedovo.
El alcalde Serghei Sobyanin anunció que un dron fue derribado cerca de este segundo aeropuerto. Pero los ojos del mundo entero están ahora puestos en los próximos pasos de Vladimir Putin.
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