Un nuevo episodio emerge desde Gaza que cuenta la crueldad de la guerra entre Israel y Hamás. Un vídeo difundido por la BBC muestra a un grupo de palestinos detenidos por soldados tras una redada en el hospital Nasser y obligados a desnudarse.
Entre ellos también se encontraban médicos que denunciaron haber sido golpeados y humillados. Imágenes "impactantes", según el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Cameron, que pidió cuenta de los sucedido a las autoridades del Estado judío.
La continuación del conflicto alimenta las tensiones mucho más allá de la Franja, llegando hasta Jerusalén.
Israel, para evitar la violencia durante el Ramadán, prohibió las oraciones del viernes en la Explanada de las Mezquitas (o Monte del Templo, para Palestina) a todos los palestinos menores de 55 años.
La protesta de Jordania, país guardián de los lugares sagrados musulmanes, no se hizo esperar. Con estas restricciones, advirtió Ammán, "estamos jugando con fuego".
Las imágenes de los médicos detenidos en Gaza publicadas por la emisora ;;británica fueron filmadas después de una incursión israelí el 15 de febrero en uno de los principales hospitales de la Franja, que se cree que es un escondite de los milicianos de Hamás. Se ve a numerosas personas vestidas solo con ropa interior, de rodillas, con las manos por encima de la cabeza, mientras un soldado lleva una camilla con un hombre aparentemente con un disparo en la cabeza.
Al vídeo le sigue el testimonio de tres médicos, que afirmaron que fueron golpeados repetidamente por los militares y permanecieron detenidos durante días antes de ser liberados.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no hicieron comentarios sobre los informes, pero descartaron que el personal médico sufriera algún daño durante la operación.
Mientras tanto, en Jerusalén, el gobierno israelí confirmó su línea dura sobre el acceso a la mezquita de Al Aqsa durante el Ramadán, tal como solicitó el halcón de derecha radical Itamar Ben Gvir.
El temor, explicó un responsable de policía, es que Hamás esté intentando desestabilizar la situación en la Explanada y, en consecuencia, también en Cisjordania. Para las autoridades jordanas, sin embargo, este endurecimiento hará que la situación sea "explosiva".
El Estado judío, cada vez más enfrentado con los países árabes por la ofensiva en Gaza, corre el riesgo de ampliar la brecha incluso con su principal aliado.
Según los medios estadounidenses, el presidente, Joe Biden, que está cada vez más impaciente con Benjamín Netanyahu por su forma de conducir la guerra, se planteará limitar la ayuda militar en caso de una invasión a gran escala de Rafah.
Esta crisis no parece destinada a resolverse pronto, porque el primer ministro israelí respondió con cara dura: "Llevaremos a término el trabajo en Rafah", aseguró dirigiéndose al Aipac, el lobby estadounidense pro-israelí.
"No puedes decir que nos apoyas en el objetivo de destruir a Hamás si luego te opones a las acciones necesarias para lograr ese objetivo", fue la siguiente estocada, claramente dirigida a Biden.
Los combates continúan sin cesar en la Franja, y Hamás denunció el asesinato de nueve palestinos mientras esperaban ayuda en Gaza City.
Otro episodio controvertido, tras la masacre de civiles el mes pasado en una situación similar. El frente libanés también está cada vez más en vilo, después de que Israel lanzara nuevas incursiones en el valle de la Bekaa, lejos de la frontera, con el objetivo declarado de destruir posiciones de Hezbolá. En respuesta, las milicias proiraníes lanzaron alrededor de un centenar de cohetes hacia el Golán.
Esta espiral de fuego oscureció casi por completo las negociaciones en curso sobre una nueva tregua.
El gobierno de Qatar, mediador en las conversaciones junto con Estados Unidos y Egipto, admitió que un punto de inflexión no es inminente.
Sin un alto el fuego que alivie las condiciones de los civiles, la comunidad internacional intenta al menos evitar la pesadilla de la hambruna.
Un barco de la ONG española Open Arms, atracado en Chipre desde hace casi un mes, zarpó hacia Gaza trayendo consigo casi 200 toneladas de ayuda (aunque no está claro cómo será entregada, a falta de puerto).
La operación comenzó tras la activación de un corredor marítimo también impulsado por la UE.
"Es la primera vez desde 2015 que se autoriza a un barco a entregar ayuda a Gaza y es un nuevo salvavidas para la población", subrayó la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
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