Fuentes israelíes y estadounidenses certificaron una realidad que ronda desde hace días, reforzada por la entrada del mes de Ramadán y por la presión internacional, empezando por la de la administración de Joe Biden.
Al mismo tiempo, el director de la CIA, William Burns, apoyado por Egipto y Qatar, está presionando para reabrir las conversaciones entre las partes, interrumpidas la semana pasada, para aspirar al menos a una mini tregua de 2 a 4 días en los combates en la Franja.
Fuentes militares y políticas israelíes admitieron a CNN que la operación en la ciudad más al sur de la Franja -señalada como el punto de apoyo final de la restante estructura armada de Hamás- no comenzará pronto.
Entre las razones aducidas figura el hecho de que el ejército aún no está preparado y que no completó los planes de evacuación de los palestinos desplazados en la zona, estimados en varios cientos de miles de personas.
Un traslado que llevaría al menos dos semanas. Sin tener en cuenta que Rafah está a un paso de Egipto y del cruce del mismo nombre por donde entran los camiones de ayuda humanitaria a la población civil del enclave palestino.
Las mismas fuentes también subrayaron que el gabinete israelí aún no aprobó los planes de ataque. Dos funcionarios estadounidenses dijeron a CNN que el gobierno estadounidense de Joe Biden no espera que Israel amplíe la operación terrestre en Rafah en un futuro próximo.
Además, los trabajos en curso para reiniciar las negociaciones -según algunos analistas- favorecerían una ampliación del plazo de la operación militar.
En la partida jugada por Burns junto con el jefe del Mossad, David Barnea, se presiona a Hamás para que proporcione a Israel una lista con los nombres de los rehenes que están bajo su control directo e informaciones sobre los otros secuestrados, retenidos por otras facciones palestinas. La entrada del mes de Ramadán parece, por tanto, la oportunidad adecuada para forzar la tregua y por ello el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, volvió a pedir un alto el fuego inmediato en la Franja.
No es casualidad que Biden -después de los conflictos públicos de los últimos días con Benjamin Netanyahu- haya subrayado, en un mensaje a los fieles musulmanes, que "el sufrimiento del pueblo palestino está en el primer plano del pensamiento de muchos", y del "suyo".
El Ramadán, añadió el jefe de la Casa Blanca, "llega en un momento de inmenso dolor. La guerra en Gaza infligió un sufrimiento terrible al pueblo palestino. Más de 30.000 palestinos fueron asesinados, la mayoría de ellos civiles, entre ellos miles de niños".
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, también envió un mensaje de buenos deseos por la entrada del mes sagrado, cuyo primer día transcurrió con tranquilidad.
Al mismo tiempo, avisó, sin embargo, que no se debe transformar la celebración en una ocasión de "yihad", mientras la policía ya reforzó las medidas de seguridad en Jerusalén Este y Cisjordania.
"A todo aquel que nos pone a prueba le decimos: estamos preparados, no cometan ningún error", advirtió Gallant.
En el día 157 de guerra, la radio militar anunció la posible muerte en una incursión de los últimos días en Nusseirat, en el centro de Gaza, de Marwan Issa, número 3 de la cadena de mando de Hamás en Gaza y jefe adjunto de las Brigadas Qassam.
Según la misma fuente, estaba escondido dentro de un búnker y no había rehenes con él.
El ejército también continúa atacando la zona de Khan Yunis, en particular el barrio de Hamad.
En la zona central de la Franja, según el portavoz militar, "murieron 15 terroristas". Mientras que la tensión sigue siendo alta con el Líbano, donde los cohetes lanzados por Hezbolá son seguidos diariamente por la respuesta de Israel a las incursiones.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA