Se llevará a cabo en un día laborable, en ese barrio suburbano de Maryno, lejos de los lugares emblemáticos de la capital rusa.
Inmediatamente después del funeral, Navalny será enterrado en el cercano cementerio de Borisov.
El anuncio del funeral se produjo el día en que Yulia Navalnaya se dirigió al pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo.
"Putin es un maldito mafioso y así es como hay que combatirlo", dijo la viuda, casi como para indicar a la UE un camino diferente para derrotar al líder del Kremlin.
Un breve video sobre la historia de Navalny, galardonado con el Premio Sájarov en 2021, sirvió de introducción al ingreso de Navlanaya, acompañada por Roberta Metsola. La esposa de Alexei fue recibida por un largo aplauso de un Aula con todos de pie.
En tanto, en las redes sociales comenzó rápidamente la búsqueda de quien, entre los eurodiputados, no celebraba la presencia de Yulia en el hemiciclo.
Y algunas imágenes de Jordan Bardella, jefe de la delegación de los lenenistas en el Parlamento Europeo, que no mueve las manos y se queda sentado, se viralizaron rápidamente en el web.
Al mismo tiempo, los liberales no dejaron de subrayar "las diversas ausencias" entre la derecha. El mensaje de la Cámara Europea a Navalnaya, más allá de algunas excepciones aún por confirmar, fue, sin embargo, inequívoco y de sincero apoyo.
La viuda de Navalny, en tanto, no llegó a Estrasburgo para buscar consuelo, sino para reiterar lo que había anunciado en un vídeo tres días después de la muerte del disidente ruso: que continuará su batalla.
Con voz firme, reiteró principalmente un concepto: fue Putin el que mató a Alexei, "lo torturó por tres años, lo hizo morir de hambre en una minúscula celda de cemento, aislándolo totalmente del mundo exterior".
"Lo mataron y después abusaron de su cuerpo y de su madre", tronó Yulia. El punto, para ella, es que Putin no es ni un autócrata ni un dictador. Simplemente, no tiene el estatus de líder político.
El líder del Kremlin es un "monstruo sangriento", dijo en inglés, utilizando la palabra mafioso y acompañándolo de un adjetivo, "bloody monster", que en Gran Bretaña se usa a menudo para decir "maldito".
Partiendo de esta premisa - fue la invitación de Yulia- la estrategia de la UE debe cambiar: basta de resoluciones, notas diplomáticas, sanciones, "debemos dejar de ser aburridos", inventar soluciones siempre nuevas, como hizo Navalny, que "derrotó con imaginación" a los cada vez más opresivos asedio del régimen. No solo Navalnaya pidió a la UE que desmine la red criminal de Putin en el Viejo Continente, todavía salpicada de sus cómplices. El hombre del Kremlin "es el jefe de una banda criminal organizada, busquen a sus asociados en sus países", fue la petición dirigida a la Cámara.
Golpear el corazón del sistema del líder del Kremlin, su corrupción: Navalnaya parecía dispuesta a retomar el camino de su marido.
Lo hará desde fuera de su país de origen. No estará en el funeral de Alexei el viernes. Y quién sabe quién y cuántas personas acudirán a esta iglesia moscovita hasta ahora desconocida a las 14 hora local.
"Aún no sé si el funeral será pacífico o si la policía arrestará a quienes vinieron a despedirse de Navalny", advirtió su esposa.
Mientras en Italia, el diputado de +Europa Benedetto della Vedova anunció que en los últimos días había solicitado una visa para ir a Maryno el viernes.
El funeral, aunque la UE sigue pidiendo investigaciones transparentes por parte del Kremlin, ciertamente no marcará el final de la batalla de Yulia.
"Hay decenas de millones de rusos contra Putin. El debe responder por lo que ha hecho, y yo haré lo mejor que pueda. Mi marido no verá cómo será la hermosa Rusia rusa del futuro, pero nosotros debemos verlo", Así fue la despedida de Navalnaya en la Cámara de Estrasburgo.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA