En Moscú no se esconde el desprecio por el ex militar, era "un can, murió como un can", es el comentario que le reservó Dmitry Medvedev, en una entrevista en la que arrojó dardos con todos y todo. "Un criminal traidor" y "un cadáver moral", lo había calificado el jefe del Servicio Secreto Exterior, Seguei Naryshkin.
La investigación acerca de la muerte de Kuzminov, que el pasado verano desertó en Ucrania a bordo de un helicóptero MI-8 que secuestró, apunta el índice contra un equipo se asesinos profesionales mercenarios, a sueldo del Servicio de Inteligencia de Rusia.
El único interrogante de los 007 de Madrid, conforme a las versiones publicadas por El País, es si la emboscada data del 13 de febrero, fue obra del Servicio Secreto Exterior (SIR), del Federal o de Seguridad (FSB, heredero de la KGB), o del Servicio Militar de Inteligencia (GRU).
Un asunto de competencias: la deserción de Kuzminov costó la vida a otros dos soldados desprevenidos que se encontraban a bordo del helicóptero, al que el Ejército Rojo concedió el título de "héroes". Otra razón más para cazarlo.
El cadáver del ex capitán fue encontrado en un garaje en el complejo residencial en el cual residía: luego de haberle quitado la vida con disparos de arma de fuego, los asesinos pasaron por arriba del cuerpo con el automóvil con el que se dieron a la fuga. Vehículo sucesivamente hallado quemado en la vecina ciudad de El Campello.
Los medios de comunicación rusos, los primeros en relatar la noticia de la muerte el lunes pasado, siguen apoyando la tesis de que el ex capitán fue "liquidado por Kiev, había comenzado a abusar del alcohol y las drogas: se había convertido en un testigo incómodo". Tesis relanzada en una siniestra entrevista televisiva al padre del joven: "Nadie respeta a los traidores, ni a los adversarios, ni a los suyos, un traidor tarde o temprano será eliminado de todos modos".
Las autoridades de Madrid precisaron que jamás tuvieron conocimiento de la presencia de Kuzminov en España, adonde llegó en diciembre con un pasaporte falso ucraniano a nombre de un tal Igor Shevchenko.
No faltan ciertamente los misterios: el desertor ruso, al que Kiev había concedido una recompensa de 500.000 dólares, había decidido vivir sin protección en un lugar caracterizado por la presencia de al menos 600 rusos y 300 ucranianos. Además, Alicante es la provincia española con mayor presencia rusa en el país, con más de 17.500 habitantes. En resumen, quizás no sea el mejor lugar para un desertor ruso con los 007 de Moscú pisándole los talones.
Kuzminov cometió el máximo error que puede cometer un fugitivo: según fuentes ucranianas, habló por teléfono con su exnovia en Rusia y la invitó a visitarlo. Algún tiempo después sucedió la emboscada. "Hubiera sido mejor que permaneciese en Ucrania".
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