La ciudad está en la frontera con Egipto y ahora alberga a más de 1 millón de personas, y se ha convertido en el principal destino de personas que huyeron de otras regiones del enclave, especialmente la ciudad de Gaza, durante la ofensiva israelí.
"El presidente reiteró su opinión de que una operación militar no debería llevarse a cabo sin un plan creíble y ejecutable para garantizar la seguridad y el apoyo a los civiles en Rafah", se lee en un comunicado de la Casa Blanca.
Durante la llamada, Biden también "reafirmó su compromiso de trabajar incansablemente para apoyar la liberación de todos los rehenes lo antes posible" y destacó la "urgencia de garantizar que la asistencia humanitaria llegue a los civiles palestinos".
Israel prepara una amplia ofensiva contra Hamás en Rafah y ya logró liberar a dos rehenes en la ciudad a principios de semana.
Mientras tanto, Netanyahu publicó un comunicado rechazando "los dictados internacionales sobre un acuerdo permanente con los palestinos", añadiendo que este solo se logrará "mediante negociaciones directas entre las partes, sin condiciones previas".
"Israel seguirá oponiéndose al reconocimiento unilateral de un Estado palestino. Tal reconocimiento, tras la masacre del 7 de octubre, daría una enorme recompensa al terrorismo e impediría cualquier futuro acuerdo de paz", destacó.
El ejército israelí continúa operando en el hospital Nasser de Khan Yunis en "una operación precisa y limitada contra la organización terrorista Hamás".
El portavoz militar afirmó que la operación se basó en "informaciones de inteligencia que indican que la actividad de Hamás se lleva a cabo desde el interior del hospital".
Al momento en que Biden y Netanyahu hablaban, dos personas murieron en un ataque terrorista palestino cometido en el cruce de Masmiya, en el sur de Israel, atentado que fue elogiado por Hamás, que confirmó que fue una "operación guerrillera" como "respuesta natural a la guerra de exterminio cometida por el criminal ejército de ocupación contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza".
El primer ministro Benjamín Netanyahu condenó el ataque palestino: "Los asesinos quieren matarnos a todos", dijo.
"Este ataque - añadió - nos recuerda que todo el país es un frente y que los asesinos no vienen solo de Gaza", agregó el premier.
Los atentados terroristas de Hamás del 7 de octubre dejaron 1.200 muertos en Israel, cuya respuesta contra la organización terrorista palestina en la Franja de Gaza ya se ha cobrado la vida de 28.800 personas, según las autoridades locales. Además, 234 soldados israelíes murieron durante la incursión terrestre en el enclave palestino.
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