El Departamento de Estado norteamericano ha aprobado la posible venta de armas a Italia, en particular de misiles aire-aire avanzados de alcance medio por un coste estimado de 69 millones de dólares y de bombas de pequeño diámetro con el equipamiento correspondiente por un coste estimado de 150 millones de dólares.
Así lo ha anunciado el Pentágono. El contratista de ambas potenciales ventas será RTX.
Por otra parte, se informó que el Pentágono ha puesto en órbita un sistema de seguimiento de misiles, parte de un nuevo y vasto esfuerzo para reforzar su creciente presencia militar en el espacio.
Lo anuncia el periódico The New York Times, que subraya que la coincidencia con las noticias sobre las capacidades antisatélites rusas en el espacio es una coincidencia, pero que la iniciativa confirma cómo las preocupaciones sobre el progreso ruso y chino en el espacio han llevado a los Estados Unidos a adoptar formas innovadoras de proteger las comunicaciones vitales, sistemas de vigilancia y GPS en el campo de batalla del futuro.
El sistema puesto en órbita (ayer) es un prototipo desarrollado para probar un nuevo plan, llamado Prolifeated Warfighter Space Architecture, que pretende cubrir la órbita terrestre baja con cientos de satélites más pequeños y más baratos.
El planteamiento es como una versión del sistema de comunicaciones por Internet Starlink que la SpaceX de Elon Musk ya tiene en órbita, con más de 5.000 satélites (el prototipo del Pentágono fue lanzado en un cohete Space X).
La idea es que incluso si los enemigos de Estados Unidos lograran destruir algunos de sus satélites -o incluso más de una docena de ellos- el sistema podría continuar funcionando trasladándose a otras unidades de la red en órbita. Estados Unidos avanza así hacia "constelaciones de satélites más pequeños, más resistentes y de menor coste" que pueden "lanzarse casi semanalmente", en palabras del Pentágono.
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