(ANSA) MILAN - Alessandro Maya, un italiano de 60 años que en mayo de 2022 mató a su mujer y a su hija, e hirió gravemente a su hijo, mientras dormían, fue condenado hoy a cadena perpetua por un tribunal de Milán. En la madrugada del 4 de mayo de 2022, Maya atacó con un martillo y mató, mientras dormían, en su casa de Samarate, en la provincia de Varese, a su hija Giulia, de 16 años, y a su esposa Stefania Pivetta, de 56.
Después, trató de matar también a su hijo mayor, Nicolò, de 23 años, que quedó gravemente discapacitado y hoy estuvo ausente del juicio porque se encuentra hospitalizado a la espera de una nueva cirugía programada.
La defensa de Maja, acusado de homicidio voluntario agravado y tentativa de asesinato, había intentado reabrir el proceso pidiendo una nueva evaluación psiquiátrica, luego de una primera, que determinó que el acusado era plenamente capaz de comprender y desear lo que había hecho.
Después de hora y media de deliberación, el Tribunal de apelaciones de Milán, presidido por la magistrada Ivana Caputo, confirmó la sentencia en primer grado y en quince días hará saber las motivaciones.
"No hay ninguna duda de que Alessandro Maya quería eliminar a todos los miembros de su familia, tal vez incluso a él mismo", escribieron los jueces de primera instancia en sus motivos.
El hombre masacró a la familia entre las 4 y las 5 de la mañana. Mató a su mujer y a su hija e hiriendo gravemente a su hijo mayor, que pasó meses en silla de ruedas.
A pesar de disponer de "bienes inmuebles y una liquidez sustancial, como afirmó el administrador" designado, escribieron los jueces, Maya "nunca ofreció ninguna compensación para soportar los largos y costosos tratamientos que su hijo ha afrontado y tendrá que afrontar aún".
Los jueces de primera instancia ya habían excluido las agravantes de crueldad, mientras que obviamente mantuvieron las de relaciones familiares y habían concedido atenuantes genéricas, pero no equivalentes a las agravantes.
Para el padre de la esposa, y abuelo de los hijos del asesino, hoy "se hizo justicia".
"A veces hay justicia, la ley existe y se ha respetado. No creo en sus excusas, en su arrepentimiento, lo hizo para sacar ventaja. ¿Perdón? Dios no lo quiera... Tuve piedad de verlo", dijo Giulio Pivetta, de 82 años, abuelo materno de Nicolò, tras la confirmación de la cadena perpetua para Maja.
En declaraciones previas a la sentencia, el condenado dijo estar "arrepentido". Maja permaneció impasible mientras se leía el veredicto. "Nicolò se encuentra afortunadamente bien", añadió Giulio Pivetta, visiblemente emocionado, a los periodistas.
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