La ministra para las Reformas, Maria Elisabetta Casellati lo anunció en el Senado al hablar con los periodistas. De parte de la oposición, el Partido Democrático y AVS, reiteraron su intención de practicar obstruccionismo, siempre y cuando quede la elección directa del premier.
Por su parte, IV, a favor de este mecanismo, dio marcha atrás en lo relativo al texto gubernamental. El modelo alemán de canciller fue relanzado por Azione que, con Carlo Calenda, invitó a Giorgia Meloni a "reflexionar" sobre esta propuesta y reabrir el diálogo.
Se preguntó a la ministra Casellati sobre un punto de las enmiendas gubernamentales que habían sido criticadas el lunes por varios constitucionalistas.
De hecho, los textos establecen que el primer ministro electo puede solicitar elecciones anticipadas en el caso de desconfianza con una "moción motivada" y en caso de renuncia voluntaria (por ejemplo, en una crisis política extraparlamentaria), pero nada dicen en el caso más frecuente, el de un gobierno que pone la confianza en un acto y le es negada.
Las dimisiones, argumentaron los constitucionalistas, entre ellos, Marcello Pera, son obligatorias y no voluntarias, por lo tanto surgirían dudas sobre qué cosa debe hacer el presidente de la República.
Casellati retomó la tesis del profesor Francesco Saverio Marini, asesor jurídico de Meloni, según el cual un presidente del Consejo con moción de desconfianza acerca de un acto no está obligado a renunciar a su cargo.
Por lo tanto, la renuncia sería voluntaria, dándole así la posibilidad de convocar a elecciones anticipadas o "pasar la pelota", como dijo Casellati a un primer ministro de reserva, expresado por la propia mayoría.
"Si hay dudas, podemos eliminar eso de 'voluntarias''", dijo Casellati. Una modificación léxicamente mínima, pero que aumentaría los poderes del primer ministro elegido con respecto a los partidos de la coalición, dado que siempre podría amenazar con elecciones anticipadas: una solución que le gusta a Meloni, pero que la Liga parece juzgar demasiado desequilibrada a favor del primer ministro electo.
Más allá de la cuestión jurídica, las palabras de Casellati, tampoco fueron comentadas por los miembros de la mayoría si con cuadernos cerrados más de un senador admitió que los textos podrían cambiar aún más, y que el debate interno está destinado a continuar.
Las enmiendas, afirmó Andrea De Priamo (FDI), "son el resultado de la primera fase de comparación en comisión e imprimen mejoras a la propuesta inicial". Sin embargo, las enmiendas del gobierno no son del agrado el único partido de oposición al que le gustan las elecciones directas del primer ministro, es decir, IV, con el líder del grupo Enrico Borghi y con Matteo Renzi:: "si hacen un pasticcellum no lo votaremos".
El PD, con Dario Parrini, y AVS con Peppe De Cristofaro, dicen, en cambio, que el proyecto de ley "no es enmendable" y auguran una batalla obstruccionista.
Intentó reabrir el cuadro de diálogo Acción que ilustró las enmiendas que proponen sobre el modelo alemán. Carlo Calenda, de hecho, invitó a Meloni a "reflexionar" sobre la cancillería, el modelo de mayor estabilidad en Europa.
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