Un grupo de familiares, sin que los secretarios pudieran detenerlos, irrumpieron en la sesión del Comité de Finanzas de la Knesset, interrumpiendo sus trabajos.
Gritos, invectivas, amenazas, brazos en alto con carteles con fotografías de sus seres queridos. Un clima de fuerte tensión emocional que paralizó a los diputados de la comisión y provocó la suspensión de la sesión: imágenes que dieron la vuelta al mundo.
La suerte de los más de 130 rehenes que aún están en manos de Hamás en Gaza sigue dividiendo al país.
Netanyahu -que se reunió con una representación de las familias paralelamente a la irrupción a la Knesset- anunció que Israel tiene "una propuesta sobre los capturados" pero que "no puede decir nada más".
"Al contrario de lo que se afirma -explicó- no hay ninguna propuesta sincera de Hamás. Quiero decirlo de la manera más explícita. También porque hay muchas noticias incorrectas que seguramente les causarán dolor".
El caso es que los familiares de los rehenes también instalaron sus tiendas de campaña bajo la residencia del primer ministro en Jerusalén tras las fuertes manifestaciones de los últimos días en Cesárea, frente a la casa particular de Netanyahu y en la plaza de Tel Aviv.
Una protesta que se mezcla cada vez más con llamamientos a la dimisión del gobierno de derecha y a nuevas elecciones, por no hablar del aislamiento que está sufriendo Israel a nivel internacional con el rechazo de Netanyahu a la solución de dos Estados.
Las voces de las familias de los secuestrados son cada vez más fuertes. Y no es unívoco: algunos piden negociaciones a toda costa con Hamás para recuperar a sus seres queridos mientras el tiempo inevitablemente juega en su contra; otros piden al gobierno posiciones aún más duras.
"¿Es razonable -preguntó el familiar de un secuestrado que se encontraba entre aquellos que hicieron la irrupción - que 260 camiones de harina entren ahora en Gaza y mi hermano no tenga nada que comer?".
"Esto no puede seguir así -dijo otro- y hemos venido a la Knesset para pedirles que se pongan de pie y hagan algo. Nadie nos hará callar".
En el acalorado clima político sobre los rehenes, el Partido Laborista israelí, que posee 4 de los 120 escaños del Parlamento, intentó, incluso simbólicamente, agitar las aguas presentando en la Knesset por primera vez desde el inicio del conflicto una moción de censura contra el gobierno de Netanyahu.
Sin ninguna sorpresa, la moción, aprobada con 18 votos a favor y ninguno en contra, no alcanzó el quórum de 61 votos sobre 120 que habría provocado la caída del ejecutivo.
A la coalición mayoritaria de derechas sólo le bastó abandonar la cámara en el momento de la votación para anular cualquier posibilidad de una moción de censura concreta. En tanto, en Gaza el ejército rodeó el centro urbano de Khan Yunis, el bastión de Hamás en el sur de la Franja, incluido el hospital Nasser y el edificio de la Media Luna Roja.
La operación -que durará varios días- tiene como objetivo los centros de poder de Hamás en la zona y la brigada local, una de las mayores de la facción islámica, explicó el ejército.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) recordaron que la ciudad, cuya extensión está densamente poblada, es la del líder de Hamás, Yahya Sinwar, pero también del jefe de las brigadas Qassam, el ala militar del movimiento, Mohammed Deif.
"Desde esta mañana en la operación - prosigue el ejército - al menos 50 terroristas fueron eliminados, entre ellos un diputado de Hamás". Según Kan TV y fuentes de inteligencia, el hospital Nasser de la ciudad, desde donde recientemente se lanzaron cohetes hacia Israel según las FDI, fue utilizado por Hamás con fines militares y allí se mantuvieron decenas de rehenes.
Khan Yunis está a un paso de Rafah, ciudad cercana a Egipto desde donde -según algunas fuentes- los dirigentes de Hamás podrían huir al Sinaí egipcio, llevándose también consigo a los rehenes.
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