La copia del lugar de cautiverio de los secuestrados fue reproducida en Tel Aviv -ante el Ministerio de Defensa- por las familias de los rehenes en esa plaza convertida ahora en símbolo de la batalla. El túnel es una de las muchas iniciativas que el Foro ha lanzado esta tarde en todo Israel con motivo del triste centenario.
Pero se organizaron otras manifestaciones en Londres, Nueva York y París. Y no es casualidad que la marcha por las calles de la ciudad -desde esta tarde hasta el final del sábado judío hasta mañana por la mañana- se abra con un mensaje en vídeo del presidente francés, Emmanuel Macron, que preguntará, según los organizadores, por la liberación inmediata de los secuestrados por Hamás.
Para demostrar la cercanía de Estados Unidos, el embajador estadounidense en Israel, Jack Lew, participará en la marcha. Otra manifestación significativa fue la convocada en el bosque del Kibbutz Reim, donde el 7 de octubre más de 360 ;;jóvenes fueron asesinados por Hamás y otros secuestrados, en el festival de música Nova.
A las 06:29, hora del ataque, tendrá lugar una recreación histórica de aquellos terribles momentos in situ: las fotografías de los niños asesinados y de los rehenes servirán de telón de fondo. "El solo hecho de entrar en el túnel es aterrador. Ni siquiera podemos imaginar lo que se sentiría estar en uno real durante 100 días", dijo Omer Lifschitz, cuyo padre Oded es rehén en Gaza, mientras visitaba el túnel.
También él, junto con los demás, escribió en las paredes un mensaje pidiendo la liberación de los secuestrados.
Muchos han subrayado que "sólo en parte" se puede imaginar lo que es un túnel real, porque, según explicaron, en los reales, algunos incluso a 40 metros bajo tierra, sólo hay oscuridad, frío y claustrofobia.
En la misma plaza -rebautizada como "de los rehenes"- hay también una larga mesa completamente puesta cuyas sillas llevan los nombres de los prisioneros de Hamás. Incluidos los de los hermanos Bibas, uno de apenas 1 año, cuyos padres siguen como rehenes en Gaza junto con ellos.
"Todos deben ser liberados inmediatamente y llevados a casa", - añadió Lifschitz.
Ela Ben Ami, cuyo padre Ohad fue secuestrado en el Kibbutz Beeri, dijo que "estaba conmocionada" después de visitar el túnel. "Durante 100 días mi padre y los demás no pudieron salir de esos lugares", añadió, instando a los funcionarios del gobierno a visitar el túnel.
"Necesitamos presión pública, no hay otra manera", dijo Dorit Gvili del Foro. "Siempre debemos tenerlos en cuenta y decir que todavía están vivos y que hay que traerlos a casa", añadió.
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