Cien días de guerra entre Hamás e Israel en Gaza. Iniciado con la masacre de los kibutzi el pasado 7 de octubre, el conflicto no tiene actualmente tregua posible a la vista.
El premier israelí, Benjamin Netanyahu, lo tiene claro: "Nadie nos detendrá, ni siquiera La Haya o el Eje del Mal" e Israel no hará "concesiones" (como un alto el fuego) si no es con una "victoria total" en la batalla contra Hamás.
El primer ministro advirtió de que la guerra continuará hasta que "se alcancen todos los objetivos" y, de hecho, los intensos ataques continúan en la Franja, donde Hamás informó de 60 muertos solo la noche del viernes.
A pesar de las negociaciones, auspiciadas por Qatar, Egipto y Estados Unidos, tras la pausa humanitaria de finales de noviembre y de no menos de cuatro lanzaderas diplomáticas del Secretario de Estado, Antony Blinken, en la región, las negociaciones parecen estancadas y también preocupan el destino de la Franja al final de la guerra, con Estados Unidos enfrentado a Israel.
El factor predominante es, por tanto, el ámbito militar, donde Israel sigue martilleando con ataques aéreos, especialmente en el centro y sur de Gaza, luego de haber asegurado la parte norte del enclave palestino de forma relativamente segura.
El ministerio de Sanidad, gobernado por Hamás, actualizó la cifra de muertos en la Franja a más de 23.000.
Israel no se frena y, según informaciones del Wall Street Journal pero desmentidas por fuentes egipcias, habría advertido a El Cairo de que planea una acción militar para tener bajo control la parte sur de Gaza, en la frontera con Egipto, y el paso fronterizo de Rafah. Pero, sobre todo, el llamado "Corredor Filadelfia", una franja de tierra de amortiguación entre Gaza y Egipto bajo la que hay numerosos túneles construidos por Hamás y de la que Israel teme que puedan salir los líderes de la facción islamista, empezando por Yahya Sinwar.
Egipto, sin embargo, deja en claro que no respaldó ninguna operación de este tipo.
En 100 días, el conflicto se extendió, afortunadamente sin deflagrar, al norte de Israel, el verdadero segundo frente de la guerra, donde siguen llegando cohetes desde el Líbano de Hezbolá, seguidos de la respuesta israelí.
Y el fuego alcanzó al Mar Rojo con los asaltos a barcos israelíes, y no sólo, por parte de los hutíes de Yemen, aliados de Irán como Hezbolá, con misiles lanzados hacia la ciudad de Eilat, el extremo sur de Israel.
Demasiado para Estados Unidos y Gran Bretaña que el viernes por la noche y aún hoy bombardearon bases de misiles hutíes en el país de la península arábiga.
Sin olvidar a Cisjordania: entre Hamás, que tiene cada vez más poder en detrimento del presidente Mahmud Abbas (Abu Mazen), las acciones de los colonos extremistas, los ataques palestinos y las incursiones del ejército, la tensión y las muertes siguen aumentando.
Los 100 días de guerra en Gaza, según admitió también la ONU en referencia a la dramática situación humanitaria en la Franja, son "una mancha en nuestra humanidad común".
Pero esos 100 días son también el lapso de tiempo pasado en Gaza por los más de 130 rehenes israelíes que siguen en manos de Hamás.
Hubo una breve tregua para la liberación de los rehenes, pero en su nombre no se desbloquea el conflicto.
El Jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, da una imagen más precisa: "Para conseguir resultados concretos" para los rehenes, "la operación en Gaza debe continuar".
Un cese del fuego, explicó, "probablemente no conducirá a resultados tangibles".
La última propuesta de Qatar consistía en la liberación escalonada de los secuestrados, la retirada simultánea de Israel de la Franja y el exilio de los dirigentes de Hamás.
La mediación fue rechazada por la facción islámica y descartada por Israel.
Egipto sigue intentándolo: una delegación israelí estuvo en El Cairo en un intento de desbloquear la situación de los rehenes.
La CIA también entró en el terreno y está proporcionando a Israel información sobre la localización de los rehenes en Gaza y de los dirigentes de Hamás.
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