Fuerte crítica nacional al premier Netanyahu

"Debe ser destituido", pide la oposición.

Benjamin Netanyahu, un premier en su laberinto. La oposición pide la destitución (foto: ANSA)
Benjamin Netanyahu, un premier en su laberinto. La oposición pide la destitución (foto: ANSA)

(ANSA) - TEL AVIV, por Aldo Baquis - Cuestionado en las calles, debilitado en los sondeos, criticado a menudo en algunos estudios televisivos, el premier Benjamin Netanyahu debe también hacer frente a vientos furiosos en su propio partido político, el Likud, célebre por la absoluta fidelidad de los dirigentes hacia el "líder supremo", Y a expresar sentimientos de desilusión para con él, una ex ministra, Galit Distal Atbaryan.
    "Siento una ira enorme hacia él. Me quema por dentro", espetó en un intercambio de mensajes por Whatsapp que deberían haber permanecido en privado y que, en cambio, rebotaron con indignación en los sitios. Atbaryan dimitió recientemente al sentirse superflua como ministra de Información.
    "Es desde hace meses que me estremezco respecto a él porque permitió que esos monstruos (Hezbolá y Hamás, ndr.) prosperaran durante sus gobiernos, en el norte y en el sur. Y pensar que se presentó como el Señor Seguridad".
    Con la esperanza de que con la guerra se haya puesto en marcha algo en la política interior, el líder centrista Yair Lapid propuso sustituir el actual ejecutivo, que se apoya en partidos de extrema derecha, por uno nuevo. "Netanyahu - puntualizó Lapid- perdió la confianza de los ciudadanos, de la comunidad internacional e incluso de nuestros funcionarios de seguridad".
    Mientras el ejército combate en Gaza, admitió Lapid, sería una locura pensar en nuevas elecciones pero, en su opinión, sería posible aunar en el Parlamento un apoyo de 90 diputados sobre 120 para un nuevo gobierno "concentrado solo en la conducción de la guerra" y que debería ser conducido por el Likud, el partido de mayoría, pero sin más Netanyahu.
    Empero, en pocos minutos el Likud rechazó la propuesta del remitente y se indignó al ver que Lapid "se entrega a la baja política mientras el país está en estado de emergencia". Por tanto, 'Bibi' sigue su camino y los proyectos de Lapid no despegan por el momento.
    Sin embargo, Netanyahu -que desde enero y hasta setiembre fue muy criticado en el país por su reforma judicial concebida para debilitar para siempre al poder judicial- no puede ignorar un fenómeno social que se está escenificando en las calles de Israel. Se trata del movimiento organizado por las familias de los 240 rehenes capturados por Hamás, que claman por el regreso de sus familiares.
    En los últimos días, miles de personas emprendieron una marcha que los llevará desde Tel Aviv a Jerusalén. "Bibi, Gallant y Gantz, nos han abandonado", dijo a los manifestantes Adi Marciano, madre de una soldado secuestrada por Hamás y que murió en cautiverio en circunstancias aún no claras.
    "Vengan a hablar con las familias. No pueden decidir solos sobre un intercambio" con Hamás. Las calles de muchas ciudades están cubiertas de fotografías de los rehenes y en los espejos de los coches hay cintas amarillas de solidaridad con las familias.
    Se trata de una protesta popular muy vasta, que no está alineada ni con la derecha ni con la izquierda. El futuro político de Netanyahu podría depender, en última instancia, de este banco de pruebas. (ANSA).